Si, me gustas
Entre mujeres alta ya, la niña quiere llamarse Viento. Y el mundo es una rama que se dobla casi junto a sus manos, y la niña quisiera tener filos de viento.
Pero no es hora, y ríe ya entre mujeres alta: sus dedos no soltaron todavía el nudo de la guerra ni su palabra inauguró en las vivas regiones de dolor, campos de gozo. Su boca está cerrada junto a las grandes aguas.
Y dicen los varones: «Elogios impacientes la maduran: cuando se llame Viento nos tocará su mano repleta de castigos.»
Y las mujeres dicen: «Nadie quebró su risa: maneras de rayar le enseñaron los días.»
La niña entre alabanzas amanece: cantado es su verdor, increíble su muerte.
d/a
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