Indiferencia
Va a amanecer: gozosa la campana saluda al resplandor que el alba envía; se alza del lecho la doncella pía a rezar su oración de la mañana.
Cansada de gozar, la cortesana sale riendo de la alegre orgía; maldice el amador la luz del día, dejando de su amada la ventana.
¡Feliz el que cree, goza o padece! Yo ni creo, ni gozo, ni padezco, y todo indiferente me parece.
Ni maldigo la luz ni la apetezco; nada me regocija ni entristece; nada me inspira amor, nada aborrezco.
Juan Valle
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