Obrerito
Madre, cuando sea grande, ¡ay..., qué mozo el que tendrás! Te levantaré en mis brazos, como el zonda al herbazal.
O te acostaré en las parvas o te cargaré hasta el mar o te subiré las cuestas o te dejaré al umbral.
¿Y qué casal ha de hacerte tu niñito, tu titán, y qué sombra tan amante sus aleros van a dar?
Yo te regaré una huerta y tu falda he de cansar con las frutas y las frutas que son mil y que son más.
O mejor te haré tapices con la juncia de trenzar; o mejor tendré un molino que te hable haciendo el pan.
Cuenta, cuenta las ventanas y las puertas del casal; cuenta, cuenta maravillas si las puedes tú contar...
Gabriela Mistral
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