La cigarra
Canta tu estrofa, cálida cigarra, y baile al son de tu cantar la mosca, que ya la sierpe en el zarzal se enrosca y lacia extiende su verdor la parra.
Desde la yedra que a la vid se agarra y en su cortina espléndida te embosca, recuerda el caño de la fuente tosca y el fresco muro de la limpia jarra.
No consientan tus élitros fatiga, canta del campo el productivo costo, ebria de sol y del trabajo amiga.
Canta y excita al inflamado agosto a dar el grano de la rubia espiga y el chorro turbio del ardiente mosto.
Salvador Rueda
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