El Credo del bailarín Creo en una sola danza padre, toda resonante, reveladora de los cielos y de la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles: Luz del cuerpo, danza verdadera de alma verdadera, engendrada, no creada, siempre presente, por quien todas las cosas se transfiguran. Quien, por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió de los cielos antes de todos los mundos y fue encarnada en los cuerpos de los mortales humanizándolos. Y fue crucificada en la sociedad de consumo, padeció y fue sepultada y se elevó de nuevo en lugares aislados donde no existen escrituras. Y viene de nuevo con gloria para animar a los vivos y a los muertos: cuyo reino no tendrá fin. Creo en una danza sagrada, Señora, creadora de vida, que procede de las comunidades independientes que habla de la carne de los seres humanos, en lugar de los profetas. Reconozco que constituye un bautismo para la remisión de las aflicciones y pecados, la resurrección de los miembros muertos, y la vida del mundo por venir." - Alkis Raftis |