Lo conocí en Barcelona.
Fué cuando me enamoré.
Pero tenía que marcharme, pero marcharme sin él.
Pero cuando llegué a Córdoba, quería volverlo a ver.
Tenía que conseguirlo.
No lo podía perder.
Luché con uñas y dientes
y al poco ya lo logré.
Ya lo tenía conmigo,
lo acariciaba otra vez.
Le decía cosas bellas a las que me respondía.
LLegamos a ser dos en uno.
El para mí y yo para él.
Ha pasado veinte años
Y aquí lo tengo conmigo.
Es mi amante es mi amigo
no sabría vivir sin él.
Ahora lo tengo en mis manos,
Y el me quiere, yo lo sé, porque yo en él me refugio y le cuento mis pesares.
El me consuela y arropa y cura todos mis males.
Gracias porque yo te quiero y tu me quieres a mi.
Te cuido, te tengo, guapo y te doy todo mi amor.
Y hasta el fin de mis días serás tú:
MI ORDENADOR
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