Para la ciencia, los números son abstracciones que representan una cantidad o una magnitud. Quizá por eso, los números de la vida de Elizabeth Taylor emergen con tal presencia al repasar su biografía que uno pensaría que no está ante la historia de un ser humano, sino ante la mismísima representación, hecha carne, del concepto de infinito que aparece en las matemáticas, la filosofía y la astronomía o, lo que es lo mismo, en los logros, el amor y el brillo de una estrella como ella.
Las cifras de sus hitos pueden contarse por premios. Recibió dos Oscar, por Una mujer marcada (1960) y por ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), y un tercero honorífico, justo antes de morir. Pero también logró distinciones por su labor humanitaria en su lucha contra el sida: un Premio Príncipe de Asturias a la Concordia en 1992 y el título de Dama del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra en el 2000.
Se casó ocho veces, aunque tuvo siete maridos. Y no hay quien desconozca el nombre que resuelva el acertijo, Richard Burton. Juntos protagonizaron la historia de pasión más arrebatada de Hollywood. Su amor fue tan legendario que no sorprende que empezara en el set de grabación de Cleopatra, aquella superproducción dirigida por Mankiewicz en la que, por primera vez en la historia, una mujer, ella, cobraba un millón de dólares por actuar. Y actúo durante siete décadas, desde los nueve años, y en más de cincuenta películas (Internet hace imposible confirmar el número).
Con uno de sus amigos del alma, Rock Hudson, creó un cóctel al que llamaron “Chocolate Martini”, recuerde que solo necesitará dos o tres cubitos de hielo para honrar esa memoria etílica cuando tenga vodka y sirope de chocolate en la nevera. Otra manera de recordarla puede ser buscando ojos violetas, como los de la Taylor, entre las personas que se va encontrando por la calle. Aunque los encuentre, no aspire a que miren como los suyos. Para eso, haría falta que esos ojos miraran firmes al pronunciar frases como las que dijo ella.
1.
“Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos”.
2.
“Es extraño que los años no enseñan paciencia, que mientras menos tiempo tenemos, más grande es nuestra capacidad de espera”.
3.
“Las chicas grandes necesitan diamantes grandes”.
4.
“El éxito es un gran desodorante”.
5.
“Sólo me he acostado con hombres con los que me he casado. ¿Cuántas mujeres pueden decir eso?”.
6.
“Adoro usar joyas, pero no porque sean mías. No puedes poseer resplandor, sólo puedes admirarlo”.
7.
“Tengo un cuerpo de mujer y emociones de niña”.
8.
“No creo que el Presidente Bush este haciendo algo sobre el Sida. De hecho, no estoy segura de que sepa deletrear Sida”.
9.
“Si alguien es suficientemente tonto para ofrecerme un millón de dólares por hacer una película, no soy tonta como para desecharlo”.
10.
“Soy una esposa muy comprometida. Y debería ser comprometida, por casarme tantas veces”.
11.
“Siempre he admitido que mi mayor guía es la pasión”.
12.
“Cuando las personas dicen, “ella lo tiene todo”, solo tengo esta respuesta: “No tengo el mañana”.
13.
“Algunos de mis mejores guías han sido perros y caballos”.
14.
“Descubrirás quiénes son tus verdaderos amigos, cuando te metas en un escándalo”.
15.
"Lo que vale no es la posesión, sino el proceso que lleva a ella".
16.
"Mientras estoy sentada escribiéndote me como una caja de dulces, pero honestamente debo dejar de comer tanto".
17.
"Nunca he tenido un deseo tan grande de pegarle a alguien con todas mis fuerzas",
18.
“La esperanza vieja es la más dura de perder”.
19.
Para adelgazar no hay nada como comer caviar sin pan y beber champán sin burbujas.
20.
"Quiero que siempre seamos ‘amantes’… incluso si llevamos 75 años de casados y tenemos unos 12 bisnietos".
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