Cuenta una de las muchas leyendas sobre el origen del café
que había un pastor de cabras en Etiopía llamado Kaldi
y que un día se percató de la vitalidad de su rebaño
tras comer unas bayas rojas y brillantes de un arbusto.
Cuentan, que llevó esas bayas a un venerado musulmán
que se encontraba en un monasterio.
El anciano desaprobó inmediatamente su uso
y las arrojó al fuego.
Pero en ese instante les cautivo un bálsamo embriagador
que empujó al sabio a meter las manos en las brasas
y extraer los granos tostados.
Cuentan, que los echó en agua caliente con sal
y así se hizo la primera taza de café en el mundo.
Son muchas las historias como ésta que se remontan al s.XIII
y dificultan esclarecer el origen del café.
El misterio, de hecho, se extiende hasta nuestros días.
Grandes filósofos, escritores, artistas y otras tantas celebridades
han dedicado unas palabras
al envolvente aroma y a la magia
de esta bebida tan cautivadora,
que nos mantiene unidos al final de una comida
o nos reúne con viejas amistades para ponernos al día.
d.a.