Vengo a brindar hoy otra vez por esos besos
que el ayer en sus corolas se llevó,
y me dejo de un tango la pasión
en las sombras del fugaz atardecer.
¡Que te amé!
Que desesperadamente yo te amé;
que no sé cómo callar mi soledad,
mi dolor, mi tristeza, mi pesar
y esta lágrima mía que al rodar
en el silencio te vuelve a recordar.
Pero en el tango mi amor te buscaré…
Y quizás en el tango me hallarás,
y cansado de gemir y de llorar,
mi tango azul, mi bandoneón, mi verso gris,
¡En un rincón del corazón te arrullará!
d.a.