No señor, esto no siempre es así. Muchas veces quien calla lo hace porque cree que es tan disparatado lo que está escuchando decir que su silencio viene a manifestar el entendimiento de que serán vanos todos los esfuerzos puestos en hacer ver al interlocutor su error. Quizás también piense que la falta de maduración de quien habla no le permitirá comprender cuán errado está. Por supuesto, todo ello dentro de la percepción subjetiva de quien escucha, el que a su vez puede estar o no equivocado.También están los que tienen sus convicciones pero respetan las de los demás al punto de rechazar cualquier tipo de discusión destinada a convencer uno al otro en cualquier dirección que sea. Y evitar la posibilidad de que la conversación derive en violencia.Asimismo, existen diversas terapias consistentes en permitir siempre al paciente la maduración y percepción de su propio error. Lo único que hará el terapeuta en estos casos es enviar mensajes a título de herramienta. Pero ante los argumentos equivocados de su paciente siempre ofrecerá por respuesta el silencio. Los grandes maestros en diversas escuelas de meditación y técnicas filosóficas solían ofrecer un sabio y humilde silencio a las aseveraciones o interrogantes de sus alumnos.
A veces, quien calla no está más que haciendo saber a quien habla, cuán equivocado está. Es cuestión de saber interpretar los diferentes silencios.
En síntesis, diría yo que más que equivocado, el refrán al que se refiere el artículo está inconcluso.
Debiera rezar:
"Quien calla, a veces otorga la posibilidad a quien habla, de que revise sus dichos"
Rudy Spillman