Sputnik conversó con el embajador ruso en España, Yuri Korchagin, sobre los trabajos de búsqueda, que realiza la Embajada, los esperados descubrimientos, las emocionantes y trágicas batallas aéreas y la memoria de la participación de los voluntarios soviéticos en la Guerra Civil, que los españoles guardan con cuidado y respeto.
"Es simbólico, y su simbolismo se manifiesta también en su arquitectura. Se trata de una obra que representa a los combatientes que se sumergen en el mapa de España mientras los observa la Madre Patria y delante de ellos está representada la mitad del Arco del Triunfo. ¿Por qué la mitad? De esta manera los autores querían mostrar que en España no se logró la victoria sobre el fascismo", señala Korchagin.
A mediados de marzo, los diplomáticos rusos visitaron la ciudad Mora de Rubielos en Aragón, donde están enterrados tres pilotos soviéticos que fallecieron en una batalla aérea en 1938. La Asociación de Aviadores de la República (ADAR), que hace una gran labor conmemorativa y ayuda a la Embajada rusa a buscar los lugares de entierro de los militares de la URSS, identificó la ubicación exacta de esta tumba y la restauró completamente.
Un vecino de la localidad, Domingo Fuentes, contó a los diplomáticos que cuando tenía ocho años fue testigo de un combate aéreo entre los soviéticos y los alemanes durante la batalla de Teruel.
"Los bombarderos de alta velocidad Tupolev SB-2 iban acompañados de unos cazas. Pero los Messerschmitt alemanes, que lucharon en el bando de Franco, distrajeron a los cazas soviéticos. En ese momento, llegó otra escuadrilla alemana y se produjo una batalla desigual. Los bombarderos fueron derribados y cayeron cerca de esta localidad. El enemigo disparaba a los pilotos que descendían en paracaídas. Aquel niño, Domingo, lo vio todo. Un piloto abrió el paracaídas demasiado pronto y rozó las llamas del avión, el paracaídas se quemó y el piloto murió al caer sobre la casa de este niño rompiendo el techo", cuenta emocionado Korchagin.