Netanyahu quiere ganar las elecciones y Donald Trump desviar sus problemas internos. Para ello, han decidido violar el Derecho Internacional y reírse de Naciones Unidas firmando que los Altos del Golán pertenecen a Israel.
El mismo día en que Siria convocaba al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para denunciar el reconocimiento por parte de EE.UU. de los Altos del Golán como territorio Israelí, la aviación sionista bombardeaba supuestos suministros iraníes en Alepo. La ruta más probable fue a través de Jordania, Irak y el territorio de las Fuerzas Democráticas Sirias.
Este suceso, lejos de quedarse en algo anecdótico, es una muestra más del desprecio que tanto estadounidenses como israelíes tienen hacia la Comunidad Internacional y la soberanía de las naciones.
La decisión de Donald Trump de reconocer el territorio ocupado del Golán como parte de Israel es una violación del Derecho Internacional y las múltiples resoluciones de la ONU a lo largo de medio siglo. Además, supone un ataque a una ya marginadacomunidad Drusa nativa de la región que se considera parte de Siria y pone en peligro a 1.600 efectivos de la Misión de Naciones Unidas (UNODOF) en los Altos del Golán que velan por la estabilidad de una zona muy convulsa.
La resolución 497 de 1981 de Naciones Unidas, ratificada de nuevo en 2008, confirma que el Golán Ocupado es territorio sirio y no israelí, y que las leyes, la jurisdicción y la administración israelí de los territorios ocupados no tiene efecto legal. En esa misma resolución Naciones Unidas afirmaba que la ocupación de dichos territorios es inadmisible.
La ocupación del Golán impide a miles de sirios volver a sus hogares. Al menos 140.000 se vieron forzados a salir de sus localidades perdiendo el estatus de ciudadanos para pasar a ser desplazados internos. La mayoría del territorio ocupado del Golán lo destruyeron las fuerzas israelíes y así permanece desde hace 52 años con alrededor de 40 asentamientos ilegales.
Israel y EE.UU. están violando el derecho internacional con total impunidad… pero como de costumbre. Esta no una dinámica nueva que sorprenda a nadie.
En las conversaciones de paz en Madrid de 1991, Israel demostró su intransigencia rechazando la petición que se le hizo de devolver el territorio ocupado. De este modo los israelíes desafiaban a los representantes sirios y a las Naciones Unidas, que se amparaban en las resoluciones 242 (1967), 338 (1973) y 407 (1981) para pedir al Estado sionista que dejase de ocupar el territorio del sur de Siria.
Bashar al-Jaafari ha sido claro en Naciones Unidas: la resolución ilegal de EE.UU. es un gesto más de la tendencia que tienen de humillar constantemente a la ONU. Están conduciendo al mundo a que la única solución sea el enfrentamiento violento.
Lo que Netanyahu considera una resolución histórica, según Siria y el mundo, no es más que un ataque y una vergüenza. Pero es que claro, el 9 de abril son elecciones en Israel y Netanyahu lo tiene todo en contra rodeado de casos de corrupción. Por eso necesita lanzar al mundo este tipo de gestos de chulería y soberbia. Además que tampoco le viene nada mal recordar a los ciudadanos americanos para quién gobierna realmente el 'establishment' de su país.
Por esta razón, no fue Israel sino EE.UU. quien ante las Naciones Unidas pedía a Rusia que presionase a su aliado sirio para que retirase (bajo la excusa de Hezbollah) a sus tropas de la línea que separa el territorio ocupado del territorio controlado por Siria. Porque sí, los 'policías del mundo' saben que pueden permitirse decirle a países soberanos lo que deben hacer o dejar de hacer.
Resulta llamativo cómo ahora a la Casa Blanca le preocupa la presencia de Hezbollah en el sur de Siria. Llamativo por no utilizar un calificativo peor al comprobar cómo durante años fuerzas israelíes y al-Qaeda han convivido en la misma frontera de manera 'ejemplar'; ya no solo facilitando el tráfico de armas, sino que también dando tratamiento médico a los rebeldes heridos en combate.
No se puede esperar menos de un país que ha tenido como Ministro de Defensa a Moshe Ya’alon, que prefiere la presencia en Siria del Estado Islámico antes que la iraní . Es pertinente recordar al lector que Ya’alon es el mismo que en un intento de lograr la presidencia se ha presentado a las elecciones israelíes del 9 de abril.
Decisiones como la de anexionarse los Altos del Golán con la complicidad de la población israelí, muestran la putrefacción de una sociedad asentada sobre la colonización, el odio y la constante paranoia. La misma sociedad que ahora debate anexionarse también Cisjordania.
La lógica sionista en Siria es la misma que aplican en Palestina. Primero colonizan un territorio, después desplazan a la población local y finalmente lo hacen suyo. En el proceso, van re-escribiendo la historia a su gusto.
Por eso hoy no es raro ver a fervientes sionistas negar la existencia de Palestina. Cuánto hace falta en estos casos la memoria histórica para recordar que las mismas organizaciones sionistas que hoy niegan la existencia de Palestina, hace menos de 100 años hablaban de Palestina.
Ahora, desde Washington consideran parte de Israel un territorio cuya población hace bien poco se reunía en la frontera para mostrar su apoyo a Siria y su lealtad a Bashar al-Assad. Los menos de 50.000 judíos que viven en el territorio ocupado son simples colonos venidos desde fuera en un intento israelí de expandirse.
El Golán es la última intentona de Netanyahu de mantenerse en el poder, el ejemplo del servilismo norteamericano a Israel y un gesto de desprecio a las Comunidad Internacional. Luego nos intentarán convencer de que Corea del Norte, Irán y Rusia son la amenaza a la convivencia de las naciones.
Moscú exige poner fin a "la ocupación ilegal" estadounidense en el territorio del campamento de refugiados de Rukban en Siria.
Soldados estadounidenses patrullan en la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, el 1 de noviembre de 2018.
Zoe Garbarino/U.S. Army / Reuters
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El pasado 16 de marzo, los centros de coordinación interinstitucional de Rusia y de Siria elaboraron una declaración conjunta en la que acusaron a "los grupos armados radicales controlados por EE.UU." de "detener a la fuerza a los ciudadanos sirios que quieren abandonar el campo de refugiados de Rukban", ubicado al sudeste de la provincia de Homs.
La Organización Mundial de la Salud declaró en enero que los cerca de 40.000 refugiados "atrapados" y "varados" en Rukban estaban viviendo "en condiciones deplorables". Por su parte, Moscú y Damasco estiman que la mayor parte de la ayuda humanitaria enviada al campamento se queda en manos de los militantes controlados por Washington.
La policía militar rusa ya había partido con varios vehículos de transporte hacia ese campamento. De ese lugar se pretendía evacuar a refugiados a través de dos corredores humanitarios para su reubicación permanente en otras partes del país.
Rusia y Siria denunciaron a principios del pasado mes de marzo que EE.UU. "ha frustrado" la operación humanitaria para rescatar a civiles sirios del campamento.
Irán declara a las Fuerzas Armadas de EE.UU. como organización terrorista
Publicado: 8 abr 2019 16:17 GMT | Última actualización: 8 abr 2019 17:39 GMT
La medida ha sido tomada como respuesta a la decisión de Washington de incluir a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán en su lista negra de organizaciones terroristas.
Soldados estadounidenses durante un ejercicio en Letonia, el 13 de junio de 2018.
El Estado Mayor de Rusia acusó a empresas militares privadas de EE.UU. de saquear instalaciones petroleras en Siria y vender crudo de las zonas controladas por la coalición internacional. Subrayó además que el país norteamericano sigue entrenando a rebeldes en este territorio. Desde la propia coalición internacional confirmaron su apoyo a grupos radicales y el entrenamiento de combatientes en la base norteamericana de At Tanf.
Reactivar el conflicto en Siria. Es lo que pretende EEUU, extremadamente irritado por el fracaso de una guerra en la que ha invertido tanto. La reciente imposición de unas sanciones destinadas a cortar los suministros de combustible ruso a la República Árabe apunta en esa dirección, según el experto Guadi Calvo.
Las restricciones norteamericanas van dirigidas a dañar el funcionamiento de las unidades de las Fuerzas Aeroespaciales rusas desplegadas en Siria.
Ante ello, Moscú acusó a Washington de esforzarse en impedir "la erradicación completa de los terroristas". Según la Cancillería rusa, EEUU "patrocina" a los extremistas, además de "ocupar ilegalmente parte de ese país soberano, obstaculizando el arreglo del conflicto".
Guadi Calvo, especialista en África, Oriente Medio y Asia, sostuvo al respecto que Washington no solo busca "mantener la llama de la guerra civil en Siria", sino que intenta "profundizarla otra vez".
Indicó que actores como "Rusia, Irán, Hezbolá y el Ejército Libre Sirio" impidieron que EEUU prosperara en su intención de "partir a Siria en tres o cuatro pedazos y convertirlos en sus países satélites".
Al mismo tiempo, advirtió que EEUU "sigue con la ilusión" de implementar ese plan, algo que demuestran los hechos.
"Jamás he visto a EEUU retirarse de un conflicto si no han sido derrotados absolutamente", subrayó Guadi Calvo.
En EE.UU. no se persiguen los delitos financieros y quienes los cometen se consideran héroes"
Publicado: 1 oct 2019 17:03 GMT | Última actualización: 2 oct 2019 10:25 GMT
En este episodio de Keiser Report, Max y Stacy hablan de un video viral de Josh Brown en el que este pide que nunca se olvide que Wall Street planeaba vender WeWork a los inversores por unos 50.000 millones de dólares. En la segunda parte, Max entrevista a Cory Klippsten, de GiveBitcoin.io, sobre su empresa, cuya misión consiste en que la gente se suba al carro del bitcóin con las mayores posibilidades de éxito y extender la idea de que el regalo más acertado es un dinero mejor.
En esta edición del programa, Max y Stacy discuten sobre el gigante de las oficinas de 'coworking', WeWork, que recientemente ha cancelado sus planes para debutar en Wall Street y ha retirado su oferta pública inicial de acciones (OPI). La empresa se dedica a rentar o comprar edificios en diferentes partes del mundo, transformarlos por dentro y convertirlos en espacios laborales compartidos.
Respecto a eso, Stacy cita al analista Josh Brown que subrayó que "lo importante es que los bancos de Wall Street y sus divisiones de gestión de la riqueza han estado así de cerca de venderles WeWork por 50.000 millones de dólares, cuando ahora ni siquiera está claro si valga 10.000 millones o incluso que vaya a salir a Bolsa".
En ese sentido, Max agrega que "el principal impulsor" de esa idea ha sido JP Morgan. "Este satán de Wall Street ha estado a punto de sacar a Bolsa esa enorme bola milmillonaria de materia fecal y vendérsela a los fondos de pensiones y a los fondos de inversión de un montón de estadounidenses para conseguir un beneficio inmediato, como suele hacer", asevera.
Sin embargo, el presentador no cree que eso traiga consecuencias para el banco, ya que los ejecutivos de las grandes empresas estadounidenses se creen con carta blanca para hacer lo que les venga en gana.
"[El exfiscal general] Eric Holder ya se encargó de garantizar durante el mandato de Obama que en EE.UU. no se persigan los delitos financieros, y que encima, quienes los cometen se consideren héroes y quienes intentan sacar a Bolsa una auténtica basura a través de JP Morgan se consideren inmortales. Y eso solo puede acabar mal", concluye.
Un modelo sin sentido
Por su parte, Stacy señala que la situación con WeWork es preocupante porque tiene que ver con el sistema monetario. De acuerdo con la presentadora, se trata de una empresa con 34.000 millones de dólares en pasivos a largo plazo (es decir, en alquileres que deben pagar en los próximos 15 años) pero con flujos de ingresos a corto plazo de sus oficinas temporales. "Ese modelo carece totalmente de sentido", explica.
"El problema son los intereses negativos, la pérdida de importancia del factor tiempo y el fraude omnipresente, que son los que han traído consigo la aparición de este modelo", destaca Stacy.
Max, a su vez, agrega que "en el mundo de los negocios solo puede cometerse un único pecado capital: hacer que los pasivos a largo plazo que no coincidan con los ingresos". Y lo que ha hecho WeWork ha sido "vender ese pecado capital como si en realidad se tratara de un valor añadido"
La precandidata demócrata sostiene que apropiarse de los recursos energéticos sirios es el verdadero objetivo de "la guerra en curso para el cambio del régimen" que se está librando en este país árabe desde el 2011.
La congresista demócrata Tulsi Gabbard
Brendan McDermid / Reuters
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Por su parte, otro precandidato demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, también criticó a Trump por su política en Siria, afirmando que su reciente decisión de dejar una parte de las fuerzas estadounidenses para "proteger" los campos petroleros de este país árabe contribuye a reforzar las posiciones de los terroristas del Estado Islámico en la región.
Anteriormente, desde el Ministerio de Defensa ruso aseguraron que la decisión del Pentágono de que una parte de las tropas de EE.UU. seguirá desplegada en el este de Siria, cerca de los yacimientos de petróleopara supuestamente "denegar el acceso a esos campos petroleros al Estado Islámico", tiene el objetivo de mantener bajo su control la extracción ilícita del petróleo sirio y su contrabando para su propio beneficio
El 1 de noviembre, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, también señaló que "evadiendo sus propias sanciones, los estadounidenses sacan petróleo de contrabando de Siria por un valor de más de 30 millones de dólares al mes y no pretenden abandonar esa región en un futuro previsible"
Una serie de tuits y declaraciones del presidente estadounidense dejan claro que la prioridad de Donald Trump en Siria es el petróleo, dice un artículo de New York Magazine, escrito por Benjamin Hart.
"Hemos asegurado el petróleo y, por lo tanto, un pequeño número de tropas estadounidenses permanecerán en la zona. Donde tienen el petróleo. Y vamos a asegurarlo, y vamos a decidir qué haremos con él en el futuro", declaró el mandatario de EEUU.
Un convoy de tropas estadounidenses regresó de Irak a la provincia siria de Hasaka, en el noreste del país, el pasado 26 de octubre. Alrededor del 90% de la producción de petróleo sirio se concentra en el banco oriental del río Éufrates.
Unos oficiales de EEUU, que pidieron anonimato, comunicaron al periódico The Washington Post que las tropas estadounidenses están llegando a la provincia de Deir Ezzor. Los refuerzos ayudarán a "prevenir que los campos petrolíferos caigan en manos de ISIS (grupo terrorista prohibido en Rusia y otros países) u otros actores que desestabilizan" la situación, dijo una de las fuentes citadas sin dar más detalles por motivos de seguridad.
"La pregunta de por qué Estados Unidos tiene derecho al petróleo de otro país —en especial, si supuestamente se está retirando completamente de ese país— ha recibido sorprendentemente poca atención en medio del actual desastre en Siria", comenta Benjamin Hart en su artículo para New York Magazine.
Según el autor de la publicación, la idea de que el objetivo central de Estados Unidos en Oriente Medio es el saqueo de los recursos naturales se parece a las teorías de conspiración en torno a la invasión estadounidense de Irak.
La obsesión actual de Trump recuerda su propia actitud a esa guerra, señala el columnista. En 2013, Trump declaró: "Todavía no puedo creer que dejamos Irak sin petróleo". Hart hace referencia a un artículo del medio Axios del año pasado que informaba sobre la "absurda idea" que Trump presentó repetidamente al primer ministro de Irak de que "el país debería pagar a Estados Unidos en petróleo por el favor de haberla invadido".
El 24 de abril Trump escribió en Twitter: "¡Quizás sea hora de que los kurdos empiecen a dirigirse a la región petrolífera!". Las palabras del presidente estadounidense "parecen sugerir que los incondicionales aliados de Estados Unidos deberían retirarse completamente de la región por la que han luchado y muerto y, en vez de ello, concentrar sus fuerzas en ayudar un poco más a la Administración Trump con sus estrechos intereses", comenta Benjamin Hart.
No obstante, esa idea no les pareció atractiva a los kurdos. Un corresponsal de NBC News tuiteó: "Los kurdos dicen que no sacrificaron a 11.000 hombres y mujeres que luchaban contra el ISIS con las fuerzas especiales de EEUU para convertirse en guardias de los campos petroleros sirios remotos".
El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, denunció el pasado 26 de octubre que EEUU busca anidarse en Siria para seguir controlando los campos petroleros en el este del país y continuar beneficiándose del contrabando del crudo, algo que representa en sí un saqueo a nivel internacional perpetrado por un Estado.
Trump: "Tenemos control total sobre el petróleo que pretendía el Estado Islámico en Siria y podemos hacer con él lo que queramos"
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El presidente de EE.UU. ha confirmado que "los únicos soldados" de su país en esa zona son los que realizan esta función.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha asegurado que las fuerzas estadounidenses presentes en el norte de Siria controlan campos petrolíferos y Washington puede hacer lo que desee con sus reservas porque esos militares impidieron que los terroristas del Estado Islámico se apoderaran de los yacimientos.
"El Estado Islámico, como saben, trató de recuperar el control del petróleo", ha aseverado el mandatario de EE.UU. durante una rueda de prensa que ha ofrecido en Londres (Inglaterra, Reino Unido) este 3 de diciembre.
Trump ha confirmado que "en este momento, los únicos soldados" que EE.UU. posee en la zona son los que "controlan" el crudo, así que "tenemos el petróleo y podemos hacer con él lo que queramos".
La semana pasada, la agencia estatal siria SANA informó que el Ejército de EE.UU. desplegó "decenas" de unidades de equipos militares cerca de los campos petroleros de Rumeilán (Hasaka), uno de los principales centros de producción de crudo de Siria.
"Más de 30 millones de dólares al mes con el contrabando de petróleo sirio"
El Ministerio de Defensa de Rusia indicó en octubre que el Pentágono no mantiene parte de las tropas de EE.UU. en el noreste de Siria con el supuesto motivo de "denegar el acceso a esos campos petroleros al EI", sino que su verdadero objetivo es controlar la extracción ilícita de crudo y contrabandear ese oro negro en beneficio propio.
"Un barril de petróleo sirio de contrabando cuesta 38 dólares", con lo cual "los ingresos mensuales de este 'negocio privado' de los servicios públicos de EE.UU. superan los 30 millones de dólares", denunció Moscú.
El asedio y robo de los recursos sirios por parte de EE.UU. no se debe entender en términos económicos, sino políticos. Los estadounidenses no buscan enriquecerse, sino que como con las sanciones, buscan asfixiar la economía de Siria para llevar el país al límite y, provocando más inestabilidad, evitar que el Gobierno sirio sea el ganador de la guerra. Con la guerra económica se deja a la población huérfana de calefacción, comida, medicinas y avances. El objetivo es volver contra su gobierno a esa mayoría de la población que se ha mantenido leal durante nueve años de guerra. Y es algo que está funcionando de tal modo que la moneda ya vale la mitad de lo que hace un año y se han empezado a ver pequeñas protestas pacíficas contra las condiciones de vida precarias bajo el lema "queremos vivir".
No se puede ganar una guerra sin la capacidad de restaurar el orden y la estabilidad
La economía siria está completamente destrozada con la salida de capitales, la pérdida humana de una clase media que ha muerto o se ha ido del país por la guerra y las sanciones, que asfixian el país e impiden su reconstrucción y desarrollo. Según el Ejército sirio recupera territorios y estabiliza regiones, el comercio se re-activa, con menos checkpoints los bienes se mueven con mayor rapidez y hay fábricas que vuelven a funcionar, pero si bien esto es positivo, el crecimiento sigue siendo mínimo, y se necesitarán décadas para recuperar la economía de pre-guerra.
La guerra ha generado una nueva élite de usureros que, aprovechando las sanciones occidentales contra los empresarios asociados al gobierno, han sabido lucrarse a costa del conflicto creando redes para enriquecerse junto a los señores de la guerra, contrabandistas e incluso ONG
No hay dinero para reconstruir Siria, y aliados como Irán tampoco pasan por un buen momento –otra vez más– por las sanciones. Está terminando la guerra militar en Siria, pero la presión económica y diplomática es mayor que nunca. Además, Rusia, que tampoco tiene un PIB excesivamente grande, limita su apoyo al ámbito militar y alguna inversión mínima a los recursos energéticos.
A todo esto hay que añadirle que la guerra ha generado una nueva élite de usureros que, aprovechando las sanciones occidentales contra los empresarios asociados al gobierno, han sabido lucrarse a costa del conflicto creando redes para enriquecerse junto a los señores de la guerra, contrabandistas e incluso ONG. Y ahí reside gran parte de la hipocresía de occidente y el Golfo; porque mientras aplauden las sanciones contra Siria (que se aplican al gobierno pero afectan a la población) negocian con estos nuevos 'magnates de la guerra' exentos de sanciones.
Las compañías chinas, viendo la poca competencia que hay en Siria, están empezando a ver una oportunidad para invertir, aunque lo que ofrecen sigue siendo poco para las necesidades del país y de la población, poniendo el foco principalmente en las telecomunicaciones. A esto hay que añadirle que Siria tiene que devolver su deuda, porque la guerra es muy cara. Por poner un ejemplo, volar durante una hora un avión militar como el Sukhoi 30 (muy común en Siria) cuesta alrededor de 9000 dólares.
Después de que EE.UU. aprobase en diciembre de 2019 más sanciones contra Siria con la 'Ley César', que se suman a la catastrófica situación económica en Líbano y la crisis en Irán, el valor de la lira siria (SYP) respecto al dólar se desmoronó como pocas veces ha pasado. En un intento de frenar la debacle después de que el 16 de enero de 2020 la SYP alcanzase su valor histórico más bajo siendo 1 USD = 1.230 SYP (antes de 2011 el dólar se cotizaba por 50 liras sirias), el Gobierno sirio decidió declarar la guerra al dólar con la esperanza de estabilizar los precios de nuevo y evitar que la comida, el gas y la gasolina mantenga precios prohibitivos para la población en invierno.
Desde el 18 de enero de 2020 queda prohibido en Siria difundir información falsa que ponga en peligro el valor de la moneda nacional, comerciar con moneda que no sea la lira siria o cambiar divisas sin licencia. Para debilitar el mercado negro que se ha vuelto especialmente fuerte, compras importantes como el coche o la casa deberán realizarse de forma legal a través del sistema bancario sirio. El gobierno también colocará sistemas GPS en los vehículos oficiales para controlar el consumo de gasolina y las distancias recorridas. Y es que citando al presidente Bashar al-Assad, la corrupción también es un frente de la guerra.
Según el ministro de Educación, Mwafak al-Azab, rehabilitar 250 escuelas en distintos puntos del país para agosto de 2020 costará 12.000 millones de SYP. En esta tarea va a participar Irán, cuyo ministro de Educación, Mohsen Mirzai, firmó un memorándum de entendimiento con Siria para la reconstrucción, la rehabilitación y la modernización de los centros educativos. Ambos países también han acordado construir 30.000 unidades residenciales nuevas y 25 suburbios residenciales para familias con pocos recursos. También se está intentando restaurar el tejido industrial, construyendo vías férreas y facilitando entrar al país a nuevas compañías; 492 en 2019 según el Ministerio de Comercio Interior, de las cuales 90 están dedicadas a la reconstrucción de Siria.
La nueva ola de sanciones unilateral de Trump contra el país persa, también la están sufriendo –y mucho– los sirios. Como el más miserable de los criminales, los gobiernos de Obama y Trump han arrebatado a los sirios el derecho a una vida digna
Siria antes de la guerra era un país autosuficiente, con más de 2.500 millones de barriles en sus reservas de petróleo y 8,5 billones de metros cúbicos de gas natural. Su interés nunca estuvo en el mercado global, sino más bien en el abastecimiento nacional. Tal es así que en 2010 representaban únicamente el 35 % del valor de las exportaciones sirias. Pero esas reservas sin embargo escasean porque muchas fueron destruidas, otras ISIS las sacó a través de Turquía y otras tantas las controlan 'los kurdos' en teoría y Estados Unidos de facto. Durante la guerra la producción petrolera de la república árabe cayó en un 99 %.
Durante la guerra los bancos libaneses fueron vitales para Siria, permitiendo mantener vivo el comercio, evitando en la medida de lo posible las sanciones y facilitando a la diáspora introducir dinero en el país. Ahora que la economía libanesa se dirige a la debacle, los sirios son quienes más lo están sufriendo, porque el impacto de las sanciones es inevitable. Durante la guerra Irán entregaba a Siria el petróleo que la república árabe no tenía porque estaba bajo el control de ISIS primero y los kurdos/EE.UU. después. La nueva ola de sanciones unilateral de Trump contra el país persa, también la están sufriendo –y mucho– los sirios. Como el más miserable de los criminales, los gobiernos de Obama y Trump han arrebatado a los sirios el derecho a una vida digna.
Según el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, "las sanciones y los bloqueos económicos de nuestros días pueden compararse con los asedios de las ciudades en la Edad Media" que intentan hacer a ciudades y países soberanos caer de rodillas. Añaden además que las sanciones del siglo XXI están asociadas a la manipulación de la opinión pública a través de 'noticias falsas', relaciones públicas y una retórica que dice ser de derechos humanos a fin de dar la impresión de que un 'fin' en materia de Derechos Humanos justifica los medios criminales. Siria se ha convertido en víctima de ese asedio criminal. Aquellos que lograron derrotar a la yihad mundial contra su país, ahora se enfrentan a la guerra económica.