El Gobierno de Acuerdo Nacional impuesto por la ONU en 2015 en Trípoli parece tener cada vez menos poder y respaldo internacional, a medida que el Ejército Nacional Libio, al mando del mariscal Jalifa Haftar, avanza sobre la capital.
Haftar tiene establecido el comando estratégico de sus Fuerzas Armadas en el antiguo aeropuerto internacional, a unos 25 kilómetros del centro de la ciudad. Dicho enclave fue conquistado tras lanzar la primera fase de la ofensiva sobre Trípoli, el 4 de abril, cuando el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, estaba de visita oficial.
"Estamos en épocas decisivas en un teatro de guerra que comenzó siendo guerra de guerrillas, todos contra todos", recordó en diálogo con Sputnik el analista internacional mexicano Christian Nader.
"Libia pasó de ser un símbolo de África, la nación más próspera, a ser un Estado fallido por la gracia de EE UU", dijo.
La participación de la potencia arábiga en este conflicto se enmarca dentro de los intentos de la monarquía árabe por ampliar su área de influencia natural para contrarrestar la influencia creciente de Irán.
"El poderío de los Saud se está extendiendo por toda África", lo cual es "preocupante" porque "cuando no les parece algo, mandan a sus huestes yihadistas como a Siria, y esto se convierte en un infierno mucho más sangriento", afirmó el experto.
"Lo que está pasando en Libia es la consecuencia de la intervención estadounidense", afirmó Nader. Tras el inicio de la ofensiva sobre Trípoli, "se retiró de Libia para ver qué ocurre, pero mientras, sigue metiendo armas y espera que el petróleo siga fluyendo", señaló.
"Estamos llegando a un momento clave en la destrucción de Libia y su reconversión en un reducto colonial de la potencias occidentales", concluyó.