Joaquín Gómez dejó la guerra para volver a su tierra natal, La Guajira. Durante más de 30 años fue el hombre duro de las FARC en el sur de Colombia. Llegó hasta Florencia para ser profesor en la Universidad de la Amazonia después de estudiar en la Unión Soviética, pero las constantes y serias amenazas por su abierta militancia en el Partido Comunista, decidió enlistarse en la guerrilla. Rápidamente, Gómez demostró ser uno de los hombres troperos en el monte hasta que se convirtió en el Comandante del Bloque Sur, con el que hizo la famosa toma de la base de Patascoy, en Nariño, y uno de los integrantes del secretariado.
A sus 72 años estaba cansado de su vida en el monte y quería recuperar el tiempo que le había gastado a la guerrilla. No estaba decepcionado, pero quería retirarse para disfrutar sus últimos años de vida junto a la familia que había dejado en el departamento tres décadas atrás. Sin embargo, su vena política lo llevó a ponerse al frente del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación ETCR de Pondores y de Tierragrata, y rápidamente la idea de ser gobernador le comenzó a sonar.
Y llegó al propio estilo guajiro: una vida social condimentada con el ejercicio de la política. En el ETCR recibe constantemente la visita de ONGs, entidades del Estado y varios amigos que no veía hace 30 años. A principios de febrero se le vio en Barrancas, tierra en la que nació, metiéndole fiesta y baile a su campaña. Se encontró con su entrañable amiga Yiya Roys Cerchar, tía del cuestionado exdirector del Departamento para la Prosperidad Social —DPS— Nemesio Roys, quien también aspira a la Gobernación con el respaldo del representante a la Cámara Alfredo Deluque. Yiya Roys Cerchar también es sobrina del exgobernador condenado Kiko Gómez Cerchar.
“La política es el corazón del proceso de paz”, ha repetido Gómez decenas de veces desde que estuvo en La Habana hasta el día de hoy. Fue el único de los comandantes del secretariado que regresó a su tierra para apoyar el acuerdo y su implementación. Su mayor ambición es hacer política en el departamento, y está confiado en que la pueda hacer.
Sin embargo, ahora interpuso esta denuncia ante el despacho del procurador Fernando Carrillo, en la que le advierte de los seguimientos y montajes que le han querido hacer para sacarlo del proceso de paz. Señaló que tiene información que proviene de inteligencia militar, quienes estarían vigilándolo y señalándolo de querer rearmarse para volver a la guerra. Su apoyo a Iván Márquez y el Paisa, y sus duras críticas contra Timochenko, han levantado un sinnúmero de sospechas en su contra.
Y en su denuncia hizo una advertencia muy clara: “Si llegare a ser víctima de algún montaje judicial o me llegaren a asesinar, desde ya culpo de ello al Estado colombiano, y al Gobierno actual en cabeza de su “presidente” Álvaro Uribe Vélez”.
Y es que entre los militantes del partido FARC hay preocupación y algo de miedo. Desde que firmaron el acuerdo han sido asesinados 128 integrantes. Las alarmas se prendieron cuando una pareja de excombatientes fue atacada por varios sicarios que les dispararon. Aunque no fallecieron, sí murió su hijo Samuel David de siete meses de edad.
El día de ayer también fue asesinado Dimar Torres, exmiliciano de la guerrilla en el Catatumbo e integrante de la junta de acción comunal de la vereda Campo Alegre, en el municipio de Convención, aparentemente por integrantes del Ejército.
Junto a la incertidumbre que les ha generado las objeciones a la JEP y la situación de algunos integrantes como Santrich, el temor de Gómez es saber si podrá seguir haciendo política o no. Pero algo dejó claro: está preparado para el cumplimiento o el incumplimiento del acuerdo, pero de La Guajira no se mueve.
Ahora el procurado Carrillo deberá revisar con detalle la denuncia de Gómez, quien a pesar de asegurar que varias personas se le han acercado para proponerle negocios ilegales, no entrega nombres de los responsables. Mientras tanto, seguirá midiéndole el pulso a la política guajira y buscar una opción para ser el gobernador en los próximos cuatro años.