Durante las consultas celebradas en Washington entre el 21 y el 24 de febrero, los representantes de ambos países decidieron continuar sus negociaciones comerciales después del 1 de marzo, un tipo de línea roja que había sido marcada por EEUU.
El Ministerio de Comercio de China constató el 25 de febrero un considerable progreso en los problemas relacionados con el traspaso de tecnologías, la protección de la propiedad intelectual y las barreras no arancelarias, entre otras cuestiones.Posteriormente el presidente estadounidense escribió en su cuenta de Twitter: "El acuerdo comercial con China (y algo más) en etapas avanzadas. Relaciones entre dos países son muy fuertes. A raíz de eso he acordado aplazar la subida de aranceles (…)".
El politólogo Alexandr Salitski opina que los aranceles del 25% para los bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares es una amenaza que Washington no pondrá en vigor.
"Esta promesa de elevar las tarifas arancelarias fue un tipo de 'bluff' parecido al que se usa en póker. Fue una jugada seria que no derivaba de una amenaza económica para EEUU por parte de China. Esta fue inventada y anunciada por los estadounidenses que realmente marcaron un farol", declaró Salitski a Sputnik.
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El politólogo opina que la creencia muy popular en EEUU acerca de una supuesta amenaza económica proveniente de China "no resiste ninguna crítica".
"Está claro que el agresor fue EEUU. En este conflicto China parece ser más moderna que EEUU. La guerra comercial se ha convertido en un tipo de campaña de relaciones públicas para Trump", enfatizó el experto.
A su vez Mei Xinyu, quien es empleado del Instituto de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio de la República Popular China, considera que es una buena noticia que Trump aplazara la aplicación de los elevados aranceles. Esta decisión previene la siguiente escalada de la guerra comercial entre ambos países.
"El principal objetivo de la séptima ronda de negociaciones comerciales chino-estadounidenses es elevar los ánimos optimistas en los mercados internos y conseguir su reacción", declaró.
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Además, agregó que por ahora es temprano pensar en "la victoria de China" tras la decisión de Trump de aplazar la subida de aranceles.
"Si China logra mantener un crecimiento económico superior al de EEUU, si la producción continúa creciendo, otros detalles no serán importantes", concluyó.