Las acciones de Juana de Arco fueron señaladas como místicas, sin embargo estaban asociadas a mensajes divinos desde la aparición del arcángel Miguel cuando a penas era una adolescente. Durante esa misma aparición habría escuchado las voces de Santa Catalina de Alejandría y de Santa Margarita que la guiaron por el resto de su vida.
Juana de Arco fue quemada viva un 30 de mayo
En 1930 Juana de Arco llamada también la princesa de Orleans fue hecha prisionera y entregada a los ingleses tras el fracaso de la ofensiva contra París. Para cumplir con sus misiones se vestía de hombre para llevar a cabo la voluntad de Dios, equipada con una armadura blanca y portando un estandarte.
Solo un año después del fracaso de la ofensiva de París Juana de Arco fue convertida en prisionera y entregada a los ingleses quienes la acusarían de herejía, luego de enfrentarla la condenaron a muerte en la hoguera.
El 30 de mayo de 1431 fue atada a una estaca y quemada vivia en la plaza del Mércado Viejo de Ruán, en Francia. Las cenizas de Juana fueron arrojadas al río Sena y la leyenda cuenta que las gárgolas de Notre Dame vengaron su muerte.