El entorno actual comporta “crisis”, “cambio” y “competitividad”. La suma de estos factores implica vivir una carrera constante de obstáculos; el cambio acelerado y continuo del mundo actual colisiona directamente con las preferencias de nuestro cerebro que necesita tener “cierto grado de control ante los acontecimientos que suceden y que nos suceden” para evitar “inquietarse”; esta “inquietud” del cerebro se representa en forma de “ansiedad” y es como si esta se instalara en nuestras vidas “sin pedir permiso”, algo así como un “okupa” de nuestra mente que no es bienvenido pero que parece que ha venido a “quedarse”. Esta “ansiedad” puede bloquear la toma de decisiones, la creatividad, la innovación, o la proactividad pues nuestro cerebro está focalizado en “sobrevivir” (reactivo) y no tanto en “descubrir” (creativo). Este entorno “hostil” que nos obliga a estar haciendo cambios constantemente puede ser desgastante y limitador para asumir nuevas responsabilidades pues ello implica abandonar los terrenos conocidos por otros más inciertos e inhóspitos. La falta de responsabilidad en algunos casos está asociada al miedo que nos produce a los humanos cruzar nuestras propias “líneas rojas”.
Y como siempre,se hace lo que se puede !!!
*** Quetal ***
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