Me gusta la gente simple
aunque yo soy complicado
la gente de casa pobre
y corazón millonario.
La que todavía suda,
la que se rompe las manos,
la que se juega la vida
por el pan de sus hermanos.
Me gusta la gente simple
que al vino le llama vino,
la que al pan le llama pan
y enemigo al enemigo.
La que se da por entero y
no tiene intermediarios
la que comparte conmigo
el respeto a los milagros.
Me gusta la gente simple,
que se levanta temprano,
porque hay que limpiar la calle,
pintar el frente al mercado,
bajar del camión la fruta,
repartir los telegramas,
servir el café, la sopa, pescar,
embolsar la papa,
cortar el árbol preciso
para hacer una guitarra
con la que un día el cantor,
caminará por la patria
contando la gente simple,
que sin ella no hay nada,
ni siquiera la milonga
que en el mundo me declara.
Me gusta la gente simple
que hace la silla y la mesa,
los zapatos de mi madre,
el vestido de Teresa.
La que ríe fácilmente,
la que fácilmente llora,
la que inocente confía
que un día cambien las cosas.
Me gusta la gente simple
aunque yo soy complicado...