El Papa Francisco es genial. De hecho creemos que es el mejor de todos los tiempos. El que una vez fuera Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, hoy papa número 266, ha cautivado al mundo con su aproximación definitivamente no ortodoxa del papado. Desde su asunción en marzo de 2013, el Papa francisco ha sacudido las tradiciones papales y ha demostrado con sus acciones y palabras la humildad, servicio y preocupación por todos los hombres y mujeres del mundo. Además, tiene sentido del humor. El Papa Francisco ha cambiado la imagen de la Iglesia Católica y se está estableciendo como el Papa más popular de la historia.
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Aquí tienes 11 razones por las que el Papa Francisco es más popular que los 265 anteriores, todos juntos.
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Tomó su nombre de San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana y líder de los pobres.
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Prefirió no vivir en los aposentos papales de la Ciudad del Vaticano. Eligió una morada mucho más sencilla cerca de allí.
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Conduce al trabajo. Un sacerdote italiano le regaló su Renault 4 de 1984 y es con eso que va y viene a la Ciudad del Vaticano.
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Está decidido a recortar los gastos frívolos de la Iglesia y el Banco Vaticano. Echó al obispo alemán que gastó más de 50 millones de dólares en renovar su vivienda oficial.
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Es humilde. Por ejemplo, ha lavado los pies de 10 prisioneros en una cárcel romana. Dos de ellos eran mujeres y dos eran musulmanes.
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En octubre, un niñito se escabulló de sus padres y apareció al lado del papa mientras este hablaba a sus fieles. No quería irse de su lado. El papa acarició al pequeño en la cabeza y le dejó quedarse allí… ¡incluso cuando él espontáneo se sentó en la silla papal!
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Derritió el corazón de miles de fieles cuando abrazó en varias oportunidades a personas desfiguradas o enfermas en la Plaza de San Pedro.
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No tuvo problemas en posar con adolescentes en la Basílica de San Pedro.
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Donó una nariz de payaso y posó para fotografías con una pareja que se casó en el Vaticano. Esta pareja trabaja para una organización que anima a niños enfermos vestidos de payaso.
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Ha abierto la puerta de la Iglesia a los homosexuales diciendo que: “Si una persona es homosexual y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarla?”
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Se comenta que, bajo su papado, llegará el momento en que los sacerdotes católicos puedan casarse y tener hijos.