Maria Salomea Skłodowska, luego conocida como Marie Curie, al acoger el apellido de su esposo Pierre Curie. Era la quinta hija del profesor de física y matemáticas, Władysław Skłodowski, y de la maestra Bronisława Boguska. Marie fue una gran estudiante que se sentía atraída por la física y las matemáticas. Ese gustó duró hasta su juventud, entonces Marie quería especializarse en Ciencias Físicas, pero la Polonia de ese tiempo, como era sometida por la Rusia zarista, les negaba a las mujeres tener un estudio superior. Marie decidió que tenía que salir de su país natal para poder estudiar Ciencias Físicas.
En 1890, su hermana Bronisława se casó y meses después invitó a Marie para que se fuese a vivir con ellos en París, pero ella se negó porque no tenía el dinero suficiente para pagar su matrícula universitaria. Recibió ayuda económica de su padre y siguió trabajando hasta reunir el dinero suficiente para poder viajar.
A finales de 1891, Maria viajó a Francia, lo primero que hizo fue inscribirse en la Soborna y para poder integrarse cambia su nombre, a partir de ahí se llamaría Marie. En ese tiempo Marie tenía 24 años y su única meta era iniciar sus estudios universitarios. Marie Curie vivió un tiempo con su hermana y su cuñado, hasta que consiguió alquilar una habitación en el Barrio Latino de París. Para Marie lo único importante era su carrera universitaria. Su insuficiencia económica, la anemia, el hambre y el frío no fueron obstáculos para llevar acabo ello. Marie consiguió su licenciatura en Física en 1893 y en Matemáticas un año después.
En 1894 la vida de Marie tomó un cambio, pues en ese año Marie conocen la universidad a Pierre Curie, científico francés, que trabajaba de profesor en la Soborna. En ese año trabajaron juntos en el laboratorio de la facultad. La pasión que ambos tenía pos las ciencias, poco a poco se fue volviendo algo más íntimo. Marie y Pierre se casaron en 1895. Su luna de miel fue recorre toda Francia en sus bicicletas.
Al volver a casa, el matrimonio se enfocó en sus tareas científicas. Convirtieron su casa en un laboratorio algo improvisado, y en el invirtieron todo su tiempo libre en ir avanzando sus investigaciones.
En 1897 nació su primera hija Irène. Las obligaciones como madre y esposa no afectaron en sus investigaciones. En ese mismo año Marie terminó sus estudios universitarios y fue becada. Publicó su primer trabajo científico, una monografía sobre la imantación del acero templado. Marie estaba buscando un tema interesante para su tesis doctoral. Ella se encontró con el descubrimiento casual que había hecho Antoine Henri Bequerel en febrero de 1896: La radiactividad natural. A Marie le llamó mucho la atención y quedó fascinada, entonces a partir de ahí Los Curie empezaron a investigar el fenómeno y a formular las bases que consiguieran aclarar este descubrimiento.
Marie le contagió su interés por el misterio de esas irradiaciones a su marido Pierre. El matrimonio Curie inició sus investigaciones y descubrieron que no sólo el uranio emitía los rayos descubiertos por Becquerel. También repararon en que la pechblenda, un mineral que es extraído del uranio, era mucho más radioactivo que este.
Debían encontrar los otros elementos radioactivos que contenía la pechblenda y comprender el porqué de sus radiaciones. Su trabajo radicó en procesar y separar esos elementos. La pareja de los Curie trabajaba en buena armonía, Pierre se dedicaba a observar las propiedades de ñas radiaciones y Marie a purificar los elementos que los producían.
Los Curie son, en buena parte, responsables de la transformación de la investigación científica moderna. Ellos demostraron que la radiación no se producía como resultado de una reacción química, sino que hacía parte de una propiedad del mismo elemento, de su átomo. Ellos dieron paso al desarrollo del estudio de la energía nuclear, clave en el acontecer del siglo XX.
En 1898 Descubrieron el gas radón y la radiactividad del Torio. Los Curie anunciaron en julio de este año el descubrimiento de un nuevo elemento también radioactivo, al que Marie nombró Polonio en honor a su tierra natal. A finales de ese año, los Curie presentan otro nuevo elemento químico, el Radio, del que afirmaron que ese elemento emitía una reacción que era muchísimo mayor a la del Uranio. Estos descubrimientos les dieron reconocimiento mundial a los Curie. El matrimonio se negó a patentar su descubrimiento para que la Ciencia pudiese profundizar más en ello.