La Bolivia que deja Evo Morales en 6 puntos económicos y sociales
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Este domingo, se consumó un golpe de Estado en Bolivia. El presidente Evo Morales, tras tres semanas de violencia en el país suramericano y forzado por los jefes de las Fuerzas Armadas y de la Policía, anunció que presentaba su renuncia para evitar un baño de sangre en territorio boliviano.
"Estamos dejando a Bolivia con soberanía e independencia de Estado [...] con dignidad e identidad del pueblo boliviano", dijo Morales en su alocuación.
Morales, al asumir la Presidencia el 22 de enero de 2006, se convirtió en el primer presidente indígena de su país, tras ser votado por 53,7 % en las elecciones de un mes antes.
Dos meses después de asumir el cargo, Morales promulgó la ley de convocatoria a Asamblea Constituyente. De ese proceso nació la nueva Constitución de Bolivia y el Estado Plurinacional.
Las cifras son claras: durante su mandato hubo un fuerte crecimiento económico en el país. Así lo reconocen los organismos internacionales, como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la local Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Ese crecimiento fue inclusivo, porque estuvo acompañado de políticas públicas que ayudaron a disminuir los negativos indicadores sociales.
1. Nacionalización de los hidrocarburos
Desde 1995, los hidrocarburos en Bolivia estaban en manos de 21 consorcios multinacionales, que se llevaban la mayor parte de la ganancias.
La primera acción de Morales, al llegar a la Presidencia, fue decretar la nacionalización de los hidrocarburos, como el gas y el petróleo, el 1 de mayo de 2006.
Esto permitió aumentar los ingresos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB); en 2005, la empresa percibió alrededor de 600 millones de dólares; mientras, en 2018 superó los 2.200 millones de dólares.
El pico más alto se registró en 2014, cuando los ingresos por la renta petrolera llegaron a 5.530 millones de dólares. Entre 2006 y 2019, los ingresos de YPFB fueron superiores a los 37.000 millones de dólares, según datos de la empresa estatal.
A esa medida siguieron otras similares, como la reestatización de la mina de estaño de Huanuni, la nacionalización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), así como la nacionalización de empresas eléctricas, que se encontraban en manos privadas.
Durante el Gobierno de Morales, el promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia fue de 4,9 %.
El único año que estuvo por debajo de 4 % fue en 2009. Hubo picos de 6,1 % en 2008 y 6,7 en 2013, según datos del Banco Mundial.
A la fecha, el sueldo básico en este país suramericano escaló hasta los 2.122 bolivianos (unos 308 dólares).
6. Salud, educación y mejores infraestructuras
En septiembre pasado, el entonces vicepresidente, Álvaro García Linera, informó que el presupuesto para educación en 2005 fue de 3.200 millones de bolivianos (unos 460 millones de dólares); y actualmente esa cifra se elevó a 21.000 millones de bolivianos (más de 3.000 millones de dólares).
También señaló que se construyeron 5.000 colegios en 13 años, cifra similar a la alcanzada en 180 años de República.
En cuanto a salud, en 2005 el presupuesto fue de 2.400 millones de bolivianos (346 millones de dólares aproximadamente), y en 2019 asciende a 21.000 millones de bolivianos (más de 3.000 millones de dólares).
En su informe a la nación, en enero pasado, el mandatario mencionó que su Gobierno construyó 34 hospitales de segundo nivel, 1.061 nuevos establecimientos de salud y aprobó, hasta el 2018, 16.686 ítems (cargos) para el sector.
Además, Morales, este año, promulgó el Sistema Único de Salud (SUS) para garantizar el acceso universal a la población boliviana a la atención integral en el sistema de salud.
Durante sus 13 años de gestión, Morales entregó una gran cantidad de grandes obras de infraestructura, que facilitaron la vida de los bolivianos. Solo a través del programa 'Bolivia Cambia, Evo Cumple', se realizaron entre 2007 y 2018 8.797 obras, según el Ministerio de Comunicación del país suramericano, que incluye carreteras, centros deportivos, unidades educativas, mercados, plantas de abastecimiento de aguas.
Entre las obras está la emblemática 'Mi Teleférico', el sistema de transporte urbano que une a La Paz con El Alto, que cuenta con 36 estaciones en 10 líneas y 32 kilómetros de extensión.
Durante el Gobierno de Morales, el promedio de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia fue de 4,9 %.
El único año que estuvo por debajo de 4 % fue en 2009. Hubo picos de 6,1 % en 2008 y 6,7 en 2013, según datos del Banco Mundial.
En su último informe de previsiones, presentado en octubre pasado, el FMI, aunque bajó la tasa de expansión del PIB boliviano para este año a 3,9 %, mantuvo a este país como el líder de crecimiento en la región.
En enero pasado, durante la presentación de su informe anual, Morales dijo que en 2005 Bolivia era el segundo país con mayor nivel de deuda externa, equivalente al 52 % del PIB; para 2018, se convirtió en el séptimo país menos endeudado de América del Sur, con 24 % respecto a su PIB.
En marzo de 2006, dos meses después de iniciar su mandato presidencial, Morales da inicio a la campaña de alfabetización nacional, mediante el método cubano 'Yo sí puedo', y con ayuda de Venezuela.
A la fecha, 13,28 % de la población era considerada analfabeta, según datos que recogió la Organización Educacional, Científica y Cultural de la ONU (UNESCO).
En diciembre de 2008, el mandatario declara al país "libre de analfabetismo", al conseguir que el índice que lo mide, tras 33 meses de puesto en práctica el programa de enseñanza, se redujo a 3,7 %.
La UNESCO establece que para que un país sea considerado libre de analfabetismo, la alfabetización debe superar el 96 % de la población.
El año pasado, la tasa de analfabetismo llegó a 2,4 %, informó el entonces ministro de Educación, Roberto Aguilar.
4. Reducción de la pobreza
De acuerdo al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia, la pobreza moderada en el país suramericano alcanzaba 60,6 %; mientras, la pobreza extrema registraba una tasa de 38,5 %.
En 2018, según esa cartera, la pobreza moderada bajó a 34,6 % y la extrema a 15,2 %. "Es el nivel más bajo desde que el indicador es registrado", dice el ministerio y agregan que, con ello, Bolivia "se posiciona como la economía con la mayor reducción de pobreza extrema en América del Sur".
El desempleo ha tenido sus altos y bajos durante la gestión de Morales. Sin embargo, esta tasa se ha mantenido en los últimos tres años como la más baja de la región.
Según la última Encuesta Continua de Empleo (ECE) del INE, en el cuarto trimestre de 2018 se registró una tasa de desempleo urbano, que fue el publicado, de 4,2, inferior a los 4,4 y 4,5 con las que cerró 2016 y 2017, respectivamente.
En cuanto al salario mínimo, a la llegada de Morales al poder, en enero de 2006, se ubicaba en 440 bolivianos (unos 55 dólares de entonces).
A la fecha, el sueldo básico en este país suramericano escaló hasta los 2.122 bolivianos (unos 308 dólares).
La Guerra Salitrera o del Pacífico fue el escenario donde Chile despojó a Bolivia hace más de 140 años de su franja marítima, y con ella su posibilidad de desarrollar actividades comerciales e industriales bajo su propia bandera.
Pese a que muchas versiones y documentos señalan que Bolivia contaba con salida al mar desde su fundación como país en 1825, actualmente esta nación no la posee porque le fue arrebata en la Guerra del Pacífico o Salitrera en 1879.
Chile se enfrentó a Bolivia y su aliado, Perú, en una confrontación que duró hasta el año 1883, la guerra se desarrolló en el Océano Pacífico, en el desierto de Atacama y en las serranías y valles peruanos. Como resultado Chile le quitó a Bolivia la franja marítima de Atacama.
El enfrentamiento entre las tres naciones vecinas, se da luego de que la administración de Bolivia presidida por Hilarión Daza, decidió establecer un impuesto a la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (CSFA). Chile dijo que se trató de una violación del tratado limítrofe suscrito en 1874 en el cual se establecía la prohibición de imponer nuevos aumentos o impuestos.
Para el siglo XIX, Chile contaba con una economía de exportación basada en salitreras que se extendían por el desierto de Atacama y al sur del territorio peruano, cuando Bolivia estableció el gravamen, Chile decidió invadir el territorio tras argumentar la violación del tratado.
De este choque de fuerzas resultó ganador Chile, por tal razón movió su frontera hacia el norte y le quitó a Bolivia sin 120.000 kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros de costa, según las estimaciones de historiadores.
Tras estos sucesos, Bolivia firmó un pacto de tregua indefinido con Chile en 1884, con lo que finaliza la guerra entre ambas naciones y se acepta la anexión a Chile de la provincia de Antofagasta (Departamento del Litoral).
Según el Tratado de 1904 el territorio chileno se extiende hasta la frontera con Perú y la de Bolivia no alcanza a tocar el mar.
Por su parte, Bolivia señala que este tratado es “profundamente injusto e insolidario y que se basa en la posición ventajosa de un país que venció al otro”, por tal razón reclama un corredor de al menos 10 kilómetros de ancho que se extienda desde su frontera con Chile al Pacífico, más un pedazo de la costa en la cual desarrollar su actividad industrial y comercial”.
Frente a la postura de Chile de negar el espacio al mar de Bolivia, el país interpuso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en 2013 un proceso judicial del cual se conoció la decisión el 1 de octubre de 2018. En el veredicto se indica que Chile no tiene la obligación de negociar con Bolivia el acceso con soberanía al océano pacífico. Bolivia aseveró que continuará la lucha por una salida soberana al mar.