“Todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa se llevarán a cabo sin la presencia física de fieles”, anunció el sábado 14 de marzo el Vaticano.
“Querría dar las gracias a todos los sacerdotes, la creatividad de los sacerdotes. Hay sacerdotes que piensan en mil maneras de estar cerca del pueblo para que el pueblo no se sienta abandonado; sacerdotes con el celo apostólico que han entendido bien que en este tiempo de pandemia no se puede ser como don Abundio”, decía, refiriéndose al sacerdote de la novela romana Los Novios de Alessandro Manzoni (1827), paralizado por el miedo durante una epidemia de peste.
Manifestar su cercanía
En Roma, donde el Vaticano ha tenido que aceptar las peticiones de las autoridades italianas y evitar cualquier aglomeración, la plaza de San Pedro está vacía y Francisco ya solo habla a la Ciudad y al mundo por la radio, la televisión o Internet.
Pero sus intervenciones, Ángelus, audiencias generales y misas matinales en Santa Marta son ocasiones para manifestar su cercanía. A los enfermos y a quienes los cuidan, todos los días, pero también a los presos preocupados e indignados, el miércoles pasado, o el 16 de marzo, a las familias confinadas. En su oración, pide también que la preocupación por el coronavirus no haga olvidar los demás dramas humanos. Por ello, no deja de insistir en la situación de los sirios bloqueados en la frontera greco-turca.
Aunque temporal, esta predicación virtual podría extenderse hasta Semana Santa. El sábado 15 de marzo por la noche, la Prefectura de la Casa Pontificia anunciaba así que las celebraciones de Semana Santa “se llevarán a cabo sin la presencia física de fieles”. “Sin la presencia de los numerosos peregrinos que tradicionalmente pedían participar en los ritos”, añadió al día siguiente por la mañana VaticanNews en italiano.
“Distintas maneras de celebrar la Semana Santa, en estudio”
Oficialmente, el confinamiento italiano debería finalizar el 3 de abril. Pero nada indica que no pueda ser prolongado. En cualquier caso, es impensable hacer llegar a Roma a miles de peregrinos de un mundo que seguirá en plena pandemia.
“Se están estudiando distintas maneras de celebrar la Semana Santa”, explicó la Oficina de Prensa de la Santa Sede. “Puede que no haya fieles, o puede que haya una misa en San Pedro”.
La decisión se tomará en el último momento, a su debido tiempo, en función de la situación sanitaria y las necesidades de los fieles, que siguen siendo la única preocupación del Papa de una Iglesia, más que nunca, “hospital de campaña”.
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Quetal
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