Es un imitador de Hitler, un loco": Maduro arremete contra Bolsonaro por las amenazas de una posible intervención en Venezuela
Publicado: 13 abr 2019 02:54 GMT
El presidente venezolano rechazó categóricamente las amenazas del mandatario brasileño sobre una posible invasión militar a Venezuela.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó categóricamente las amenazas de una invasión militar por parte de Brasil y llamó al mandatario Jair Bolsonaro "fascista" e "imitador de Hitler".
Este viernes, durante un encuentro en la plaza Bicentenario del Palacio de Miraflores, en Caracas, Maduro dijo que tras las visitas de Bolsonaro a EE.UU. e Israel el mandatario brasileño regresó "más loco que nunca".
"Al final, ¿qué es Bolsonaro? Un pichón de fascista, un pichón de Hitler. Eso es lo que es Bolsonaro, un imitador de Hitler, un tipo loco que llegó a la presidencia", dijo Maduro al referirse a una posible intervención militar de Brasil en su país.
"Y yo digo, ¿cuál es la causa de guerra? Nos va a invadir, ¿por qué? ¿O es que Venezuela se metió con Brasil? ¿Le robó algo Venezuela a Brasil?", cuestionó el mandatario.
El lunes pasado, durante una entrevista con la radio Jovem Pan, Bolsonaro declaró que Venezuela "no puede continuar como está" y señaló que su país y EE.UU. están trabajando en crear "fisuras" en el Ejército venezolano para eliminar el apoyo dado por los militares del país al presidente Nicolás Maduro.
"Es nuestra intención y la de los estadounidenses que haya una fisura, una división, en el Ejército venezolano. No hay otro camino. Porque [...] quien decide si el país vive en una democracia o en una dictadura son las Fuerzas Armadas", apuntó Bolsonaro.
Los funcionarios estadounidenses, incluido el presidente Donald Trump, han afirmado repetidamente que mantendrán "todas las opciones" sobre la mesa, sin descartar una intervención militar en el país sudamericano.
Los problemas que afligen el mundo y América Latina en especial, incrementaron sus niveles con la elección de Jair Bolsonaro para la presidencia de los más de 200 millones de brasileños. Como resultado de un proceso electoral viciado, donde el ex presidente Lula da Silva, que según las encuestas, ganaría en primera vuelta ante cualquier adversario, fue condenado por un juez de primera instancia, que hace pocos días fue nombrado ministro del nuevo gobierno, un claro regalo por tan importante favor, Brasil se muestra como una gran nación a la deriva.
Es un error conceptual relacionar a Bolsonaro con alguna línea teórica innovadora que trae soluciones. El ex capitán fue expulsado del ejército por los generales de la dictadura por su comportamiento conturbado y sus malas prácticas, llegó a defender la colocación de bombas en la principal carretera brasileña como forma de presión para una campaña salarial de los militares. El nuevo presidente emerge de un grupo que defiende las torturas corrientes en el país durante la dictadura (1964-1985). Fue diputado por 28 años, sin llegar a ser líder de ningún partido, ni siquiera presidente o relator de cualquier comisión parlamentaria, sin ningún proyecto relevante, en todo el tiempo que estuvo en el Congreso solo tres de sus proyectos fueron aprobados. ¡Especialista en nada, pero que puede generar caos en casi todo!
Las dudas se acentúan cuando se evalúa quién eligió a Bolsonaro. La campaña fue compuesta por inversiones de una clase adinerada de empresarios que deben un gran volumen de impuestos al Estado, y por lo tanto quieren reducirlos así como ganar el perdón de sus deudas. Evangélicos pentecostales que son retrógrados en las costumbres, pero liberales a la hora de cobrar diezmos, de los más humildes. Banqueros que asfixian el capitalismo productivo con intereses altísimos, pero no recogen en la mayoría tasas, como de la previsión o burlan el impuesto a la renta. Los acreedores israelíes, que además de captar apoyo político para masacrar palestinos, ambicionan abrir un prometedor mercado de armas entre los pueblos pacíficos de América del Sur. Difícil enumerar cuántos pactos existen en este mostrador de negocios, pero el producto del pago, sin duda es Brasil.
La tecnología brasileña permitió a través del conocimiento acumulado por años por su estatal del petróleo, desarrollar una serie matemática de algoritmos que en la práctica eliminaban aspectos de distorsiones, permitiendo ver más allá de la capa del pre-sal. El descubrimiento en 2006 vino junto con la codicia de las petroleras estadounidenses e inglesas. La elección del gobierno Lula de Silva y Rousseff por la utilización de esta renta para construir un futuro a través de inversiones en educación y salud, contradecía los objetivos de las multinacionales que financiaron el golpe en 2016 contra la presidenta electa.
La acción de Bolsonaro, va en el sentido de profundizar el proceso de entrega de las reservas, iniciado por Michel Temer, en un ambiente en que el precio del barril sólo asciende, aproximándose a los 80 dólares. Los incentivos fiscales corroboran con el lucro de las compañías y la reducción del ingreso estatal, disminuyendo los recursos para políticas públicas que apuntaban a la mayoría de la población. Los gobiernos golpistas, decidieron abdicar de la riqueza de los recursos naturales de la nación dentro de una oportunidad histórica, finalmente Petrobras poseía la tecnología de donde prospectar el petróleo, factor preponderante en la actividad. En vez de aumentar su ganancia con la producción, el gobierno vende reservas productivas en condiciones desventajosas, hipotecando el futuro del país.
En el mismo conjunto de ideas está la desindustrialización de Brasil. El empresario se enfrenta a la política de excluir a Brasil del Mercosur, Celac, distanciándose de China, que es su mayor socio comercial, a favor de Estados Unidos. La destrucción del sector, que representa el 21% del PIB y el 32% de la recaudación, pasa por el cierre del Ministerio de Industria y Comercio y minimiza la acción del principal banco de fomento de América del Sur, el BNDES. En relación al Mercosur el país exportó en 2017, 22,6 mil millones de dólares, siendo el 85% en manufacturas, alcanzando 10.700 millones en superávit. En lo que se refiere a China, representó 32 mil millones de dólares en superávit. China utilizó su principal periódico estatal, China Daily, este 1 de noviembre para advertir sobre la irresponsabilidad de Brasil: "Un eventual cambio en la política exterior con sumisión a EEUU, puede representar un costo para la economía brasileña".
El recetario sigue la misma línea con la financiarización de la economía. La reducción de la actuación de los bancos estatales con tasas inductoras de la actividad, sólo beneficia a las instituciones financieras privadas que cobran intereses anuales del 250% para una inflación del 4,5%. En este sentido, los bancos privados Bradesco e Itaú emitieron un comunicado a sus clientes que apoya la política económica del nuevo gobierno. El paradigma de mantener un estado mínimo y superavitario, tiene como objetivo permitir la capacidad de pago para altas tasas de interés de los títulos públicos que los bancos privados exigen al gobierno. De este movimiento se acentúa la reducción de la actividad productiva debilitando empleo y la renta de los jubilados y trabajadores.
La destrucción de las asociaciones estratégicas regionales, que da preferencia a EEUU e Israel, es sin duda una amenaza para un continente que tiene más de 150 años de paz. El primer encuentro internacional del presidente electo fue con Michael Mckinley, embajador estadounidense con interés en golpear a los gobiernos progresistas, como los de Venezuela y Bolivia. El gobierno genocida de Benjamín Netanyahu quien apoyó la campaña de Bolsonaro a través de sus instituciones financieras y religiosas en el país, ambiciona abrir un nuevo y gran mercado de armas, para ello necesita fomentar turbulencias entre vecinos, así como un Estado policial a nivel interno. El hijo de Bolsonaro, diputado Eduardo, viajará a Israel para comprar drones que pueden disparar en contra ciudadanos brasileños. Influyendo en la política exterior, ya logró que Bolsonaro defienda el cambio de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, una afrenta a la histórica posición pacifista y de respeto al pueblo musulmán, muy presente en la sociedad brasileña.
La teoría económica no encuentra racionalidad en perder 13.500 millones de dólares en exportaciones (2017) al mundo árabe con 7,17 mil millones de superávit, para aliarse a los sionistas donde la relación es deficitaria en 246 millones de dólares. Israel quiere comprar tierras como ya hace en la Patagonia argentina, vender proyectos y conseguir apoyo para continuar la masacre de palestinos, en el proyecto de construir el "Gran Israel" en Oriente Medio.
El mundo debería también poner los ojos en tan importante tema que puede debilitar la seguridad ambiental y el clima del planeta. Brasil posee una biodiversidad que es esencial para la vida. La Cuenca Amazónica con sus 7 millones de kilómetros cuadrados es el pulmón del mundo, y el Sistema Acuífero Guaraní es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Bolsonaro ya declaró favorable a tercerizar el control sobre la Amazonia y busca privatizar el acuífero. La inexistencia de una preocupación ambiental en el gobierno de extrema derecha, al mismo tiempo que acelera la deforestación del bosque por los terratenientes (aliados) que avanzan contra las tierras indígenas y las reservas ambientales, reducirá la producción de oxígeno. La permisividad de uso de agrotóxicos y pesticidas en el 1,2 millón de kilómetros cuadrados en la cuenca del Paraná y del Chaco-Paraná, en poco tiempo puede imposibilitar el uso del agua del acuífero para beber.
Este conjunto de conclusiones sobre Jair Bolsonaro no son difíciles de verificar. Su posición racista con los quilombolas (afrodescendientes) que los midió por arrobas (peso para animal), homofóbica cuando declaró preferir un hijo muerto a que fuera LGBT, y la defensa de la cultura de la violación y tortura, grita al silencio de la comunidad internacional ante lo que nos espera.
Es importante recordar el periódico alemán CV-Zeitung, volcado a la comunidad judía, cuando el 2 de febrero de 1933, después de la toma de posesión de Hitler, destacaba en la portada: "¡Despierta! Sí, él está loco, pero no será tan malo... somos una democracia y tenemos la constitución, ¡la Constitución lo detendrá!". El análisis se probó equivocado, ante una historia que, en otras tierras y tiempos, se repite
Trump anuncia su intención de designar a Brasil como mayor aliado no OTAN de EE.UU.
Publicado: 8 may 2019 20:22 GMT | Última actualización: 8 may 2019 21:24 GMT
Esta designación la otorga Washington a sus aliados con quienes mantiene estrategias de trabajo militares, que no son miembros de la OTAN.
El presidente estadounidense, Donald Trump, notificó este miércoles al Congreso de su país su intención de designar a Brasil como el mayor aliado "no OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)" de EE.UU.
"Estoy haciendo esta designación en reconocimiento al reciente compromiso del Gobierno de Brasil de aumentar la cooperación en materia de defensa con los EE.UU., y en reconocimiento de nuestro interés nacional en profundizar nuestra coordinación de defensa con Brasil", dice el texto, publicado por la Casa Blanca.
Esta designación la otorga Washington a los aliados con quienes mantiene estrategias de trabajo militares, que no son miembros de la OTAN.
Los rumores sobre la designación de Brasil, por parte de Trump comenzaron en marzo pasado, cuando el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, realizó una visitaoficial a EE.UU. y entre los temas que trató con su homólogo estadounidense estuvo la cooperación en defensa militar.
Brasil es, además, un aliado de EE.UU. en la región y ha sido clave en el tratamiento que Washington ha dado a la actual situación política en Venezuela.
En abril pasado, Bolsonaro declaró que Venezuela "no puede continuar como está", y señaló que su país y EE.UU. están trabajando en crear "fisuras" en el Ejército venezolano para eliminar el apoyo dado por los militares del país al presidente Nicolás Maduro.
Trabajadores de la educación se movilizan este miércoles en varias ciudades de Brasil contra los recortes en el presupuesto para universidades e institutos educativos anunciados por el presidente Jair Bolsonaro. También participaron otros sindicatos, que ven la movilización como la antesala de un paro general contra la reforma previsional del presidente brasileño.
Silvia Leticia, coordinadora general del Sindicato de Trabajadores de la Educación Pública de Belém, Estado de Pará, dijo a Sputnik que unas 70 universidades federales e institutos de educación superior participan de la convocatoria, así como muchos centros de educación básica.
La docente indicó que los recortes presupuestales anunciados por el Gobierno de Bolsonaro serán del 30% para las universidades, del 34% para los institutos federales, del 12% para los hospitales universitarios y de hasta 40% para la educación básica.
También afectarán otros programas como la investigación, que sufrirá un recorte del 13%, advirtió la docente.
Silvia Leticia advirtió que los recortes pueden llegar a ser de más de 7 billones de reales y pondrían en riesgo "la viabilidad del trabajo" tanto en la educación básica como en la superior.
La docente destacó el apoyo que ha tenido la convocatoria de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación. En ese sentido, adelantó que había manifestaciones convocadas en capitales y municipios pequeños de todo el país y destacó la participación de trabajadores del transporte, bancarios, petroleros y de correos, entre otros.
Además de la solidaridad con los docentes, la amplia participación se explica, apuntó la dirigente, a que la movilización es vista por muchos sindicatos como "preparatoria" de la marcha convocada para el próximo 14 de junio contra la reforma previsional impulsada por Bolsonaro.
La docente explicó que, precisamente, las mujeres que trabajan en la educación son las más afectadas por la reforma previsional, ya que la nueva normativa elimina el régimen especial para las trabajadoras de la educación, que les permitía retirarse con 50 años de edad y 25 años de trabajo. El nuevo sistema extiende a 40 los años de aportes requeridos y pone en 60 la edad para tramitar la jubilación.
La reforma previsional también es rechazada porque obliga a los trabajadores a adherirse a un régimen de contribución individual, "que termina con el sistema de seguridad social y obliga a los trabajadores a pagar planes de capitalización".
Para Silvia Leticia, las mujeres son las más afectadas por esta reforma y son precisamente quienes están liderando las protestas contra Bolsonaro.
Las iniciativas del presidente brasileño contra la legalización del aborto, el 'Estatuto del Nasciturus' (que obliga a la mujer a dar a luz aunque haya sido violada) y varias declaraciones despectivas del presidente hacia las mujeres (entre ellas, la de que están "disponibles" para tener sexo con turistas) hacen que "la movilización sea principalmente femenina", dijo la docente.
En Latinoamérica arden dos bastiones del pinochetismo neoliberal: Chile y Colombia, mientras que en Brasil, Jair Bolsonaro —quien intenta eludir una guerra comercial con Trump— tiene miedo de aplicar las reformas pinochetistas de su ministro de finanzas, Paulo Guedes, que pueden abrasar al país cuando Lula ha salido de su encarcelamiento.
Antes de que estallaran en forma espectacular las manifestaciones en Francia por el repudio a la reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron, en Brasil, en forma no menos sorprendente, el presidente Bolsonaro hizo aprobar por el Congreso las reformas a las pensiones que estaban atoradas dos décadas, lo cual fue festejado ruidosamente por su ministro neoliberal de finanzas, Paulo Guedes, un Chicago boy remoldeado en Chile por el pinochetismo dictatorial.
Los adictos al neoliberalismo, como el rotativo Financial Times, arguyeron que "sin la reforma a las pensiones, la deuda pública de Brasil se hubiera incrementado en forma atroz" y hubiera desembocado en un "colapso social".
Las revueltas de los millennials en Sudamérica, que exhibieron la flagrante disparidad de sus índices Gini —la brecha entre pudientes y pobres— ha frenado la marcha triunfal de las reformas neoliberales de la dupla Bolsonaro/Guedes, ya que la mayoría de las fronteras de Brasil han sufrido fuertes sacudidas.
A nivel electoral, el caso de Argentina, donde Mauricio Macri, aliado de Bolsonaro, sufrió una humillante derrota ante el retorno del peronismo del binomio de los Fernández (Alberto/Cristina).
Las revueltas caleidoscópicas de los millennials, que hoy carecen de futuro, incendiaron sus fronteras: Perú, Colombia, Venezuela y Bolivia. También Ecuador y, sobre todo, Chile, con quienes carece de fronteras, están incendiadas y sus llamas planean alrededor del Congreso de Brasilia y de las calles desde Sao Paulo hasta Río de Janeiro cuando el incendio social de Brasil —el mayor país de Latinoamérica en territorio y su principal economía— puede ser de mayor envergadura que el reciente incendio del Amazonas.
El gasto en seguridad social en Brasil es uno de los mayores del mundo: en 2018, constituyó el 44% del presupuesto federal y el 8,6% de su PIB.
El triunfo de la reforma de las pensiones en el Congreso fracturado, formaba parte de un paquete de reformas neoliberales —que han fracasado en sus países vecinos en Sudamérica y que conforman la privatización de la empresa eléctrica estatal, la austeridad automática que obliga a estados y municipios a topes en sus gastos, un nuevo sistema tributario— hoy ininteligible y de los más regresivos del mundo, el fin del monopolio del Gobierno para acuñar su divisa, y una "reforma administrativa" para la poda de salarios de los mimados empleados públicos.
El "pacto federativo" aboga crear un Consejo Fiscal conformado por el presidente, la cabeza de la Suprema Corte, los líderes de ambas cámaras del Congreso, el jefe de la Corte de Auditoría y los gobernadores estatales, con el fin de vigilar los presupuestos federal/estatal/municipal que tendrían un botón rojo para declarar 'una emergencia fiscal' en caso de rebasar el tope y así propinar una serie de medidas de austeridad que recorten los salarios y las horas de trabajo de los servidores públicos.
Muchos venden que el ministro de finanzas Guedes es el segundo hombre más poderoso, después del presidente, debido a que concentra otros cuatro ministerios: Comercio, Trabajo, Industria y Desarrollo. Hasta cierto punto, ya que la estructura militarizada del presente Gobierno exhibe como vicepresidente al muy influyente exgeneral Hamilton Mourao, de 66 años, de mayor jerarquía militar que el excapitán Bolsonaro de 64 años.
El exgeneral Mourao es el primer vicepresidente que proviene de una etnia indígena y pertenece al conservador Partido Renovador de los Trabajadores del Brasil (PRTB), quien desde el punto de vista geopolítico ha impedido el pleito de Bolsonaro con China y las aventuras de Bolsonaro presidente, un evangelista sionista, que emprendió con el atribulado primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Por cierto, la reciente onceava cumbre de los BRICS en Brasil reanudó sus optimas relaciones con China y Rusia, lo cual quizá indispuso a Trump quien propone elevar las tarifas del acero y aluminio importados tanto de Brasil como de Argentina (en la fase del saliente Macri).
El Consejo Editorial del rotativo neoliberal Financial Times, que controlan los banqueros esclavistas Rothschild, alentó a propinar golpes militares en Brasil y Latinoamérica para intentar salvar de su colapso al neoliberalismo pinochetista que es el modelo que mejor beneficia los intereses de la plutocracia anglosajona.
El rotativo británico hizo la ditirámbica apología del ministro de finanzas, Paulo Guedes, quien amenazó con reinstaurar el Acta Institucional 5 (AI-5) del Gobierno militar de 1968 con el fin de frenar las movilizaciones sociales encabezadas por el recientemente liberado de la cárcel, el expresidente Lula da Silva.
Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, sugirió la reinstauración del AI-5 que tendría la facultad de despedir al Congreso y reinstalar la tortura, además de emprender arrestos masivos de la oposición.
Para el editorial del Financial Times, Bolsonaro debe tener control de sus nervios y no ser asustado por el "populismo", ya que, con el riesgo de no aplicar las reformas económicas, "las ventanas para el cambio (sic) se cerrarán, quizá por años, y los inversionistas internacionales voltearán a otro lado".
Financial Times se acongoja de que sea probable que "las reformas en Brasil hayan perdido su momento para Bolsonaro" debido a las revueltas en Chile (sic) y a la confusión política doméstica.
Más que las revueltas en sus otras fronteras incendiadas, las erupciones del volcánico país a seguir son las de Chile debido a la compenetración de Paulo Guedes con su modelo pinochetista/neoliberal fracasado del que abrevó durante mucho tiempo.
El problema de Guedes no es solo su ultrareduccionismo mental, sino su adicción al fracasado neoliberalismo colapsado por doquier, al exhibir una grave ausencia de sensibilidad política llegando a creer, cuando fue aprobada la reforma de pensiones, que existía "una nueva (sic) política en Brasil".
En su entrevista al Financial Times, Guedes proclamó que la "ideología es el verdadero enemigo", como si el monetarismo de Milton Friedman y sus Chicago boys, al unísono de su misántropo neoliberalismo fiscalista no constituyera, más que una ideología, una verdadera teología de intoxicación que solo favorece a una voraz plutocracia.
Las alucinaciones financieristas de Guedes no tienen limite y, sobre su experiencia en Chile, comenta que cuando vivió en su capital Santiago, "Chile era más pobre que Cuba y Venezuela que hoy, y los Chicago boys la arreglaron. Ahora (sic) Chile es como Suiza", desechando los costos sociales de un desempleo del 21% en 1983.
Por lo pronto, la reforma para podar los salarios de los empleados públicos, ha sido pospuesta por temor al castigo en las urnas de cara a las próximas elecciones municipales de octubre del 2020.
Lo peor de todo es que Guedes carece de cultura geopolítica y no sabe que en caso de una reelección de Trump puede ser desechado al basurero por los militares de Brasil, sea por su mismo hoy aliado el excapitán Bolsonaro, sea por el exgeneral Mourao.
Guedes no oculta que busca crear una sociedad abierta popperiana, al estilo del economista austriaco Karl Popper, cuyo principal palafrenero global es el megaespeculador George Soros. Con su determinismo ideológico, el Gobierno brasileño no solamente augura su fractura, sino también su perdición.
Dejando de lado a Mourao y sus opciones geopolíticas contrarias al presidente, la esquizofrenia gubernamental alcanza niveles inconcebibles entre la alianza maldita de Bolsonaro con Guedes al carecer de viabilidad operativa.
Bolsonaro, es el aliado evangelista sionista de Trump y de Netanyahu, mientras que Paulo Guedes, es epígono de George Soros. Quizá Bolsonaro y Guedes ignoren que Soros es el peor enemigo en el planeta de los aliados de Trump y Netanyahu.