El multilateralismo se cierne sobre lo que fue hasta el momento el unilateralismo de EEUU. En este sentido, hay quienes dicen que cuando un imperio sabe que se está cayendo, se convierte en más peligroso de lo que es. Algo que confirma el analista militar Juan Aguilar, al incidir en que así el imperio intenta sobrevivir.
El fin del imperio es la muerte, y esto significa que va a intentar sobrevivir por todos los medios posibles, explica el experto.
"Al intentar sobrevivir, depende mucho de sí mismo, pero también de los otros actores. Si los otros actores no van a permitir esa supervivencia porque ya son emergentes que quieren su parte en ese nuevo orden internacional, el choque es inevitable. Y cuando el choque es inevitable, el que ya no tiene nada que perder es el que está desapareciendo, el que ya está en decadencia. Y como no tiene nada que perder, puede hacer la mayor de las locuras, por eso se vuelve muy peligroso".
Así, el mundo se puede enfrentar a este panorama, entre otros, en este incipiente año 2019. Para Aguilar lo importante no es lo que pueda ocurrir, porque eso es impredecible, sino qué es lo que no va a cambiar respecto a 2018. Juan Aguilar se centra en siete puntos críticos a los que hay que estar atentos en 2019, y éste es su análisis.
"Vamos a seguir asistiendo a este mundo de la mentira global, cada vez más extendido. Podríamos incluso hablar –como hacen muchos autores –de 'infocalipsis': el caos informativo va a ser de tal magnitud, y esto va 'in crescendo', que será muy difícil distinguir lo que son informaciones veraces, de las que no lo son. Porque son un instrumento de guerra de los Estados. Lo hemos visto en 2017 y 2018 sobre todo con el tema de la injerencia rusa, y esto lo vamos a seguir viendo en 2019 seguramente con mayor intensidad".
Zonas de fracturas geopolíticas
Son tres, de acuerdo al analista. "Por un lado, está la zona del Golfo Pérsico, que implica a países como Arabia Saudí, Irán, el conflicto en Yemen, la situación de Israel y los países del entorno; la finalización de la guerra en Siria; y cómo va a quedar el asunto kurdo respecto a Turquía".
"El Este de Europa puede convertirse en otra zona de fractura geopolítica importante, tanto por la cuestión de Ucrania –donde además hay elecciones este año–, como por el asunto de Kosovo, que pretende tener un Ejército propio, lo que va a agudizar de nuevo esa zona de los Balcanes".
"La tercera fractura, quizá la más importante es lo que ocurre en el Mar de China Meridional. El choque inevitable entre EEUU y China, y que tiene toda una serie de actores secundarios: lo que pueda pasar en la península coreana, la intervención de Japón, también de India, de los países del sudeste asiático, incluso de Australia".
Imprevisibilidad de la política de la Casa Blanca
"Lo hemos visto desde que el presidente de EEUU, Donald Trump, llegó a la Administración norteamericana, donde entre dimisiones y no dimisiones, tuits y no tuits, nunca sabemos si se va de Afganistán, si se queda, si mañana decide otra cosa, si rompe un tratado internacional o un tratado de libre comercio, si ataca Corea del Norte… Es decir, es un punto muy fastidioso a la hora de observar la situación para los analistas internacionales. La Casa Blanca se ha convertido en un auténtico manicomio".
"Como consecuencia de la imprevisibilidad de la Casa Blanca, estamos ante la posibilidad de una nueva y más profunda carrera de armamentos. La salida del tratado INF [de misiles de corto y medio alcance], o la ruptura en un momento determinado del acuerdo START de armas nucleares balísticas, puede hacer que de nuevo nos encontremos en un escenario de carrera de armamentos y de cuasi Guerra Fría nuclear, con los riesgos que ello conlleva, de que cualquier accidente, incidente, o situación de alta tensión, ponga los misiles 'a punto', y eso es muy peligroso siempre".
"Da igual la tendencia de los populismos. Es una época de pos globalización donde va a primar el realismo en las relaciones internacionales, eso significa que van a primar los intereses nacionales. Y si esos intereses se aplican por los Gobiernos de turno en sus relaciones internacionales, sin dudas va a haber sectores de la sociedad, los marginados y más perjudicados por la globalización, que también van a crecer. Y el aumento de todo tipo de populismos lo hemos estado viendo, sobre todo en Europa, también en América Latina con [el presidente de Brasil, Jair] Bolsonaro, o en el propio EEUU con Donald Trump".
"Sin entrar a la polémica de si este cambio climático es obra de la mano del hombre por su industria y su forma de consumo, o si obedece a ciclos naturales, da lo mismo. La realidad es que estamos ante una serie de cambios climáticos que pueden llevar, en primer lugar, a una crisis alimentaria, y esto significa un aumento salvaje de las corrientes migratorias, y de nuevo estaríamos ante una situación crítica en algunos países, o en algunas zonas, como el Mediterráneo, la frontera sur de EEUU, incluso en algunas zonas del sudeste asiático. Y eso es también fuente de conflictos que podemos ver a lo largo de 2019".
"Donde hay crisis alimentarias es mucho más sencillo la expansión de ciertas enfermedades. Esto, unido a cierta irresponsabilidad de muchos países a la hora de tratar en sus laboratorios con microorganismos, muchas veces modificados o incontrolados, puede traer que en cualquier accidente o situación no prevista, se convierta en una pandemia. Es como lo de las armas nucleares: nadie prevé una situación así, pero puede suceder".
Conclusión
"Si tuviera que lanzar un epitafio final, yo diría que estamos en la fase en la cual hay un mundo que se acaba, que es el mundo unipolar, pero el mundo nuevo todavía no ha nacido, es un mundo multipolar. En esos interregnos, en esas tierras de nadie donde el mundo nuevo no ha nacido pero el mundo viejo ya se acaba, es cuando la inestabilidad es mayor, la imprevisibilidad es mayor, y la posibilidad de que ocurra cualquier cosa, es factible", sentencia Juan Aguilar
Al intentar sobrevivir, depende mucho de sí mismo, pero también de los otros actores. Si los otros actores no van a permitir esa supervivencia porque ya son emergentes que quieren su parte en ese nuevo orden internacional, el choque es inevitable. Y cuando el choque es inevitable, el que ya no tiene nada que perder es el que está desapareciendo, el que ya está en decadencia. Y como no tiene nada que perder, puede hacer la mayor de las locuras, por eso se vuelve muy peligroso".
La estimación elaborada en el Congreso se suma a una revelación de la Junta Directiva de la Fed, que establece en más de 72 billones de dólares el endeudamiento actual de todos los sectores.
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Shannon Stapleton / Reuters
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Una gráfica de la dinámica de la deuda pública estadounidense difundida esta semana por la Oficina Presupuestaria del Congreso de EE.UU. muestra un auge en desarrollo desde el año 2010 comparable solo con la II Guerra Mundial. La previsión para la década del 2030 supone que superará el pico correspondiente a la principal contienda del siglo XX e irá más allá exponencialmente.
Una explicación dice que ese previsible crecimiento constante de la deuda en poder del público se debe a los déficits persistentemente grandes. Se estima que en el año 2029 el índice llegará al 93% del PIB anual y hacia el 2049 ascenderá al 150%: una cifra jamás vista en el pasado. Con algunas enmiendas en la legislación vigente podría producirse un aumento aún mayor, alude el pronóstico.
Mientras tanto, la espiral de deuda va mucho más allá de la cifra básica de 22 billones de dólares correspondiente a la deuda en poder del público. El endeudamiento de todos los sectores, incluidos los bonos, préstamos y obligaciones intergubernamentales, ha superado los 72 billones de dólares, según estimó en marzo pasado la Junta de Regentes del Sistema de la Reserva Federal.
Una vez dividido el enorme monto de la deuda por el número de habitantes de EE.UU. (329 millones, según el censo nacional), sería casi de 220.000 dólares por persona.
Durante los últimos 40 años, el Tesoro de EE.UU., los estados y el sector financiero han estado endeudándose a un ritmo vertiginoso, con un énfasis especial en torno al año 2008, cuando comenzó la crisis financiera mundial.
La deuda bruta subió desde 5 billones de dólares a principios de la presidencia de Ronald Reagan hasta los 29 billones cuando George W. Bush asumió el cargo. A continuación la cifra casi se duplicó hacia la crisis, alcanzando los 54 billones de dólares, y desde entonces se ha incrementado otros 18 billones.
El mes pasado, EE.UU. volvió a alcanzar el techo de deuda pública establecido. El Departamento del Tesoro tendrá ahora que tomar medidas extraordinarias para evitar que el país incumpla el próximo límite de la deuda a finales de septiembre o a principios de octubre.
Los índices Nasdaq y S&P 500 han perdido por su parte más del 2 % de su valor este martes.
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Intensas negociaciones
Washington y Pekín se han visto envueltas en intensas negociaciones desde el año pasado por un acuerdo para abordar las preocupaciones de Estados Unidos sobre el superávit comercial de China y el presunto robo de propiedad intelectual. Trump y su homólogo chino Xi Jinping acordaron una tregua arancelaria el pasado 1 de diciembre para dar tiempo a sus negociadores principales para llegar a un acuerdo.
El viceprimer ministro chino, Liu He, tenía previsto llegar a Washington el próximo miércoles con una delegación de alrededor de 100 personas, por lo que iba a ser la última ronda de negociaciones entre ambos países.
Por su parte, el representante de Comercio de los EE.UU., Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, visitaron la semana pasada Pekín para un encuentro que calificaron como productivo.
Sin embargo, una fuente de CNBC, citando a fuentes familiarizadas con el asunto, señaló que es probable que el viceprimer ministro chino cancele el viaje. Funcionarios chinos cancelaron un viaje a fines de septiembre de 2018 en circunstancias similares.
El Banco Central de Rusia ha cambiado drásticamente la distribución geográfica de sus activos en moneda extranjera y en oro.
Como informa la entidad bancaria en su reporte anual, en 2018 la participación de los activos estadounidenses se redujo considerablemente: del 29,9% de todas las reservas del Banco Central al 9,7%.
Al mismo tiempo, los activos chinos y japoneses del Banco Central aumentaron considerablemente del 2,6% al 14,1% y del 1,5% al 7,5%, respectivamente. En Finlandia, la participación de los activos del Banco Central de Rusia aumentó del 0,9% al 1,8%.
Al mismo tiempo, los activos en el Reino Unido cayeron del 7,2% al 6,6% y en Canadá del 2,8% al 2,3%. La participación de los activos en las organizaciones internacionales no ha cambiado, se conserva en el nivel del 3,9%.
Además, el regulador ha reducido a la mitad la participación de sus activos en dólares estadounidenses, desde 45,8% hasta 22,7%. Al mismo tiempo, la participación de los activos en yuanes aumentó del 2,8% al 14,2%, en euros del 21,7% al 31,7% y en oro del 17,2% al 18,1%.
"En 2018, los activos en oro del Banco de Rusia aumentaron debido a la compra de oro de las instituciones de crédito rusas (270 toneladas). El 31 de diciembre de 2018, su volumen ascendió a 2.077 de toneladas", detalla el informe.
En total, a fines de 2018, el volumen total de activos del Banco Central en moneda extranjera y en oro era de 473.900 millones de dólares, de los cuales 385.800 millones de dólares son activos en divisas de la categoría "reservas internacionales de la Federación de Rusia", 85.600 millones de dólares son activos en oro y 2.500 millones de dólares son otros activos en moneda extranjera.
A lo largo del año, los activos del Banco Central de Rusia crecieron en 36.100 millones de dólares. "El factor principal detrás de su crecimiento fue la compra de moneda extranjera en el mercado de divisas nacional por parte del Banco de Rusia en relación con la adquisición de moneda extranjera por parte del Tesoro Federal bajo la regla presupuestaria", explican en la entidad bancaria.
Al mismo tiempo, el Banco Central destacó que el crecimiento en los activos fue parcialmente compensado por los cambios en las tasas de cambio del dólar estadounidense y la salida de fondos de clientes de las cuentas en el Banco de Rusia.
En enero de 2019 se informó que el Banco Central transferiría una quinta parte de sus reservas internacionales de dólares a euros y yuanes en el segundo trimestre de 2018. Las inversiones de Rusia en bonos del Tesoro de EEUU cayeron de 96.000 millones a menos de 15.000 millones. Esto sucedió después de que Estados Unidos impusiera sanciones contra los multimillonarios rusos Oleg Deripaska, Víktor Vekselberg, Suleimán Kerímov, jefe del banco VTB, Andréi Kostin, jefe de Gazprom, Alexéi Miller y contra funcionarios de alto rango y oficiales de seguridad.
Los acontecimientos de los últimos días en Venezuela y el efecto dominó que provocó la situación en la arena mundial nos hacen pensar que la fuerza y la imposición artificial de los principios no valen para nada. Y claramente lo muestra Rusia, que cueste lo que cueste respeta y defiende los principios del derecho internacional ante EEUU.
No se trata de lucubraciones. Es un hecho consumado que tiene muchas pruebas.
La conversación telefónica entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin y su homólogo de EEUU, Donald Trump, se prolongó casi 90 minutos. El paso se dio por iniciativa de Washington y durante el intercambio de opiniones sobre la situación en torno a Venezuela, el presidente de Rusia enfatizó que solo al pueblo venezolano le corresponde decidir el futuro de su país. "Pienso lo mismo", dijoTrump tras la conversación. Lo que se puede leer entre líneas es el reconocimiento del papel de Rusia como una gran potencia, que es capaz de determinar los eventos y de la que no se puede prescindir en el mundo multipolar. Además, declaraciones de esta índole pueden ser consideradas como el comienzo de negociaciones directas entre Moscú y Washington sobre Venezuela.
El comportamiento de Rusia hizo recordar a Trump sus promesas electorales de no desencadenar nuevas guerras. Entonces, el jefe de la Casa Blanca no solo se manifiesta en contra de los "instigadores de la guerra" en Washington, sino que intenta buscar una solución pacífica a la crisis venezolana junto con el presidente ruso Vladímir Putin.
El mismo Juan Guaidó, el líder de la oposición venezolana ampliamente apoyado por EEUU, reconoció en una entrevista a The Washington Post los errores cometidos al intentar provocar un levantamiento militar en Venezuela el 30 de abril. Hasta la influyente revista británica The Economist calificó la Operación Libertad de Guaidó en Venezuela de "tragicomedia en Caracas". "Pero el colapso de lo que brevemente parecía un levantamiento coordinado con respaldo militar representa un gran revés para la oposición y sus patrocinadores en la Administración Trump", escribe la publicación semanal. Los comentarios son superfluos aquí.
Es demasiado pronto para afirmar que la intervención militar en Venezuela por parte de EEUU es una opción absolutamente irreal pero se puede suponer que la presencia militar rusa en Caracas los está frenando. Hay que recordar que todo lo que hace Rusia se realiza dentro del marco legal. Los especialistas militares rusos que se encuentran en Venezuela no integran unidades de combate y no pueden intervenir en la situación que vive el país suramericano. Están allí para capacitar a los técnicos y realizar los trabajos de reparación y de mantenimiento de los sistemas de combate que fueron suministrados a Venezuela conforme a los tratados de cooperación técnica y militar.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza que se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia Serguéi Lavrov en Moscú destacóque "el Gobierno del presidente Putin ha sido el más firme para que Estados Unidos cese en esa política criminal contra Venezuela". Arreaza indicó que las autoridades venezolanas están "generando rutas alternas con Rusia, con China, con otros amigos para poder ignorar, para poder evitar el bloqueo norteamericano". Se puede deducir que hay métodos de hacerlo en forma de una efectiva interacción económica.
Además, según Jorge Arreaza, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, podría participar en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo del 6 al 8 de junio. A pesar de que el portavoz presidencial ruso Dmitri Peskov afirmó que no tiene información sobre la posible participación de Maduro, es una clara señal de que Rusia importa y la opinión de un miembro justo de la comunidad internacional debe ser escuchada.
A modo de conclusión hay que recordar la posición constante de Rusia acerca de intervenciones militares en otros países que debe servir de ejemplo para el mundo. "Nos oponemos rotundamente a las acciones militares dondequiera que violen el derecho internacional, el uso de la fuerza puede ser autorizado solo por el Consejo de Seguridad de la ONU o la fuerza puede emplearse en respuesta a una agresión contra un Estado soberano", declaró el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, al finalizar sus negociaciones con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en la ciudad finlandesa de Rovaniemi.