La bailarina de oro
Fernando Soto Aparicio
Como una diminuta
bailarina de oro
venida por milagro
desde un país remoto,
la abeja cruza el aire
soñoliento de agosto;
Se posa en las corolas
cual un beso mimoso.
Mírala:allá resurge
como una flor del viento
sobre un tallo de música;
se queda quieta, y luego
hacia el confin se lanza;
han tomado los pétalos
su forma de caricia.
La abeja tiene espírituo
de miel y de ternura
y por las noches liba
polen de luz de luna