El exministro de Justicia y ex defensor del pueblo ha fallecido a los 88 años a causa del coronavirus
Shalom. Agur.
Que la tierra te sea leve, querido Enrique.
Enrique hizo frente a ETA como ministro con una eficacia ejemplar. Por eso los buscaron tan específicamente. Cuando asesinaron a su hermano, acuñó la frase por la que le conocerá la historia. No perdonaba ni olvidaba a los asesinos del también querido Fernando. Esto alcanzaba, así tenía que ser en una sociedad todavía anestesiada, a los que consentían, a los que justificaban. Atacar el mal absoluto del fanatismo identitario, hacerlo desde la raíz, significaba la necesidad de desenmascarar a los que callaban, consentían y apoyaban. A los miles de chivatos y a los miles de colaboradores necesarios que jamás hicieron frente a la responsabilidad penal, pero tampoco a la social o política. Ahí siguen. Algunos de los que te conocimos tampoco olvidamos tu trabajo y no perdonaremos a los miserables que intentan blanquear su pasado.