Piedritas Piedritas en la ventana
De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana. Quiere avisarme que está ahí esperando, pero me siento calmo casi diría ecuánime. Voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo,
que es una posición gallarda
y cómoda para filtrar noticias y creerlas. Quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada,
quién sabe qué consejos voy a inventar aún y
qué atajo hallaré para no seguirlos. Está bien no jugaré al desahucio,
no tatuaré el recuerdo con olvidos,
mucho queda por decir y callar y también quedan uvas para llenar la boca. Está bien me doy por persuadido que la alegría
no tire más piedritas, abriré la ventana, abriré la ventana.
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