Publicado: 11 abr 2019 09:34 GMT | Última actualización: 11 abr 2019 09:36 GMTEl presidente Lenín Moreno ha confirmado la decisión este jueves.
Ecuador ha tomado la decisión de retirar el asilo diplomático del activista Julian Assange, fundador de WikiLeaks, según ha comunicado el presidente Lenín Moreno.
El pasado martes, Moreno dijo que Assange ha violado "demasiadas veces" el acuerdo de convivencia para garantizar su permanencia en dicho edificio diplomático.
Por su parte, WikiLeaks declaró que estas acusaciones de Moreno llegan después de que el portal de filtraciones publicara un informe sobre la implicación del mandatario latinoamericano en una trama de corrupción llamada INA Papers.
El pasado 11 de abril, Julian Assange fue arrestado por la Policía británica por una orden de extradición de las autoridades de EE.UU. luego de que Ecuador le retirara el asilo diplomático.
Este 11 de abril, el Gobierno de Ecuador retiró el asilo diplomático y expulsó de su Embajada en Londres al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien permanecía en la sede diplomática desde junio de 2012. Una vez expulsado, Assange fue arrestado por la Policía británica y permanece ingresado en la prisión de Belmarsh, en el sudeste de la capital del Reino Unido.
Belmarsh, conocida como 'la Guantánamo de Gran Bretaña', es uno de los tres establecimientos de alta seguridad de Reino Unido, con una capacidad para un poco más de 900 prisioneros.
Después del arresto del fundador de WikiLeaks, desde Scotland Yard confirmaron que "Julian Assange ha sido arrestado en relación con una orden de extradición en nombre de las autoridades de Estados Unidos". El mismo día trascendió que la Justicia estadounidense acusa al periodista australiano de haber participado en actividades informáticas maliciosas en complicidad con Chelsea Manning, la exsoldado y exagente de inteligencia del Ejército de EE.UU. que suministró miles de documentos secretos a ese portal de filtraciones.
En concreto, se trata de bases de datos con alrededor de 90.000 informes sobre actividades militares de EE.UU. en Afganistán, unos 400.000 informes relacionados con la guerra en Irak, 800 asesoramientos de los detenidos en Guantánamo y cerca de 250.000 cables confidenciales del Departamento de Estado norteamericano.
WikiLeaks denuncia espionaje de Ecuador a Assange y demanda a varios españoles por extorsión
Publicado: 27 abr 2019 11:31 GMT | Última actualización: 27 abr 2019 12:59 GMT
Según la información de eldiario.es, el activista australiano presentó una querella ante la Audiencia Nacional de España.
El periodista australiano Julian Assange
Jack Taylor / Gettyimages.ru
Al día siguiente, el 11 de abril, el Gobierno de Ecuador retiró el asilo diplomático y expulsó de su Embajada en Londres al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien permanecía en la sede diplomática desde junio de 2012. Una vez expulsado, Assange fue arrestado por la Policía británica y permanece ingresado en la prisión de Belmarsh, en el sudeste de la capital del Reino Unido.
Belmarsh, conocida como 'la Guantánamo de Gran Bretaña', es uno de los tres establecimientos de alta seguridad de Reino Unido, con una capacidad para un poco más de 900 prisioneros.
La última vez que hablé con Julian Assange por teléfono, me dijo que estaba convencido de que Hillary Clinton iba a ganar las elecciones presidenciales en el 2016. Cuando le dije que no era cierto, que era muy probable que ganara Donald Trump, no me creía, ya que consideraba que el 'establishment' jamás dejaría que ganara el magnate. También estaba muy seguro de que si la candidata demócrata llegaba a la Presidencia, le metería preso de cualquier forma que fuese posible. Por eso, siguió publicando sus secretos hasta el último momento, aprovechando una libertad que sabía que tenía fecha de vencimiento. Cuando Hillary perdió y Trump fue declarado presidente, se quedó asombrado.
Como el republicano había hablado de manera favorable sobre Wikileaks durante toda su campaña electoral, y como obviamente se había beneficiado de sus publicaciones –en particular sobre Hillary Clinton y el partido demócrata–, Julian estaba contento con su victoria electoral. Por primera vez en años tenía la esperanza de salirde la estancada situación que vivía en la Embajada de Ecuadoren Londres, donde permanecía desde el 2012.
Sin embargo, meses después de la 'inesperada' llegada al poder de Trump en Estados Unidos, y la ventana de esperanza que abrió para Julian, en Ecuador tuvo lugar otra elección, aunque no llamaba mucho la atención en su momento. Lenín Moreno, primer vicepresidente de Rafael Correa, ganaba las presidenciales en abril de 2017, con el apoyo de su predecesor y toda la maquinaria electoral izquierdista de su partido político, Alianza País. Habiendo entrevistado en varias ocasiones a Moreno, no me convencía que realmente viniese de una ideología izquierdista ni que estuviese comprometido con la Revolución Ciudadana, el proyecto político liderado por Correa. Sin embargo, fue el candidato escogido por ellos, y ellos confiaban en que era la persona correcta para llevar la antorcha de la revolución adelante. Qué equivocados estuvieron todos.
Las cosas para Assange en la Embajada en Londres tampoco iban tan bien. Mientras su equipo de defensa negociaba su posible salida de la sede diplomática, con la garantía de no enfrentar cargos legales en Estados Unidos, o peor, la cárcel de por vida o la pena de muerte, el nuevo presidente de su país anfitrión tenía otros planes. Rápidamente se distanció de Correa y de su agenda política, y comenzó a acercarse a la derecha empresarial del país.
Lenín Moreno viene del mundo empresarial. Mucho antes del lamentable incidente que lo dejó parapléjico en 1998 –al ser baleado en un asalto violento–, Moreno era empresario. En particular, trabajaba como gerente de ventas y marketing de una empresa nacional. Luego comenzó a trabajar en el sector público, en turismo, y después del incidente que lo dejó en silla de ruedas, creó una fundación para promover la terapia del 'humor'. Un tema sobre el que escribió varios libros haciendo hincapié en su poder sanador. Esa 'buena onda' lo llevó a la vida política con un alto nivel de popularidad, pero también parece que le enseñó el arte del engaño.
Su cambio al llegar a la Presidencia –revertiendo casi todas las políticas de su predecesor y abandonando sus promesas de campaña – no ha sido nada gracioso. Lenín ha pactado con la derecha neoliberal y el mercadeo del país, ha eliminado importantes programas y proyectos sociales avanzados por Correa y se ha alineado con Washington y las instituciones financieras internacionales, particularmente el Fondo Monetario Internacional.
Un alto funcionario del gobierno de Moreno me dijo en septiembre del 2018 que Lenín había ordenado el retiro de la nacionalidad ecuatoriana de Julian Assange. Sin embargo, no era legal quitarle su nacionalidad sin fundamento. El obstáculo era buscar la fórmula de hacerlo sin perder puntos políticos entre sus seguidores o parecer demasiado cruel y dictatorial. Tampoco tenía el apoyo en aquel momento dentro de la Asamblea Nacional de Ecuador.
En los meses siguientes, la maquinaria de persecución y propaganda de Lenín se intensificó, creando una inseguridad política y social en el país, y una especie de miedo entre el pueblo, que ya había vivido años de caos, represión, inestabilidad y gobiernos corruptos y autoritarios antes de la elección de Rafael Correa en el 2007. El presidente ecuatoriano pactaba con la derecha conservadora, neoliberal y empresarial. Y también pactó con el gobierno de Donald Trump, prometiendo entregar a Julian Assange a cambio de su apoyo para un préstamo multimillonario del Fondo Monetario Internacional.
La venta del fundador de WikiLeaks fue el clavo final para concretar la traición de Lenín Moreno. No fue una coincidencia que justo después de permitir una grotesca violación de la soberanía de Ecuador, dejando a la Policía inglesa entrar en la Embajada en Londres para sacar violentamente a Julian y llevarlo a la cárcel, el mandatario ecuatoriano viajase a Washington, donde estuvo durante varios días en reuniones de alto nivel. Y apenas semanas después de su visita a la capital estadounidense, el responsable del Comando Sur viajó a Ecuador para fortalecer la cooperación en defensa entre ambas naciones. No será tampoco una sorpresa si dentro de poco el Pentágono reabre una base militar en territorio ecuatoriano, como la que tenían en Manta y que fue cerrada por el presidente Correa.
A Lenín Moreno no le importa la 'óptica' de entregar a Julian Assange de la forma más vulgar, y en total violación de sus derechos humanos y el derecho internacional. Ya no responde a quienes lo llevaron al poder, sino que responde a la Casa Blanca. Con Washington pactó para mantenerse en el poder y subordinarse a su agenda a cambio de millones de dólares, inversiones multimillonarias y otros 'beneficios' que aún no han sido revelados.
Por eso, para intentar justificar sus erradas y traicioneras decisiones, Lenín ha estado divulgando información falsa, insultante y hasta obscena sobre Assange, Correa, Patiño, Glas y cualquiera que percibe como una amenaza a su poder (cosas que aquí no repetiré). Y de manera ilegal, 'suspendió' la nacionalidad ecuatoriana de Julian Assange, algo que viola totalmente el derecho ecuatoriano y el derecho internacional. Pero para alguien que se ha pasado al lado oscuro, cumplir la ley o asumir las consecuencias de sus acciones ya no son temas importantes. Lenín Moreno es un protegido de Washington, hasta que ya no le sirva más. Será recordado como un patético 'con ganas de ser déspota' que se vendió al mejor postor
Una decisión positiva a la solicitud de EE.UU. de extraditar al fundador de WikiLeaks sentaría un precedente peligroso para la libertad de expresión, advierte el editor en jefe del portal de filtraciones.
El editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, hace una declaración a la prensa frente a la Corte de Corona de Southwark en Londres, el 1 de mayo de 2019.
Henry Nicholls / Reuters
Síguenos en Facebook
La máxima pena impuesta contra Julian Assange por violar los términos de su libertad condicional "no es más que un ultraje", indicó ante la prensa el editor en jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, subrayando que la verdadera lucha —que no es solo para Assange, sino también para el periodismo en general— está por venir.
Este miércoles la jueza Deborah Taylor condenó al fundador de WikiLeaks a 50 semanas de prisión, una sentencia que Hrafnsson calificó al término de la audiencia, celebrada en la Corte de la Corona de Southwark (Londres), de injustificadamente larga. Asimismo, lamentó que la jueza no tuviera en cuenta "factores atenuantes muy convincentes".
No obstante, la "verdadera batalla" todavía está por llegar, recordó el periodista, ya que este jueves se anunciará si el fundador del portal será extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por las filtraciones de información secreta del Gobierno norteamericano, cargos por los que Assange podría ser condenado a la pena de muerte en virtud de la ley federal de espionaje de 1917. La perspectiva de extradición no solo pone en peligro la vida misma de Assange, sino que también amenaza al principio de libertad de expresión y el periodismo en general, manifestó Hrafnsson.
"Es el primer paso de una larga batalla, el combate ciertamente continuará. Esta es, sobre todo, la lucha por la libertad de prensa [...]. Es una verdadera batalla, no es solo para Julian Assange —aunque para él es una cuestión de vida o muerte— es, ciertamente, una cuestión de perseverancia [sobre] un principio periodístico primordial", recalcó Hrafnsson, enfatizando que una decisión del Tribunal favorable a la solicitud de Washington sentará un precedente muy peligroso.
Durante la audiencia de este jueves ante el Tribunal de Magistrados de Westminster, Julian Assange declaró que no quiere ser extraditado a Estados Unidos.