Para Yosvany Reyes Mayeta el enfrentamiento al nuevo coronavirus SARS-CoV 2 en la región italiana de Lombardía, constituye su primera experiencia como internacionalista y miembro del Contingente Henry Reeve desde 2015.
A sus 31 años cuentan en su currículum las especialidades de Medicina General Integral y Terapia Intensiva y Emergencias de Adultos, las cuales desempeña en el hospital Joaquín Castillo Duany, en Santiago de Cuba.
En diálogo con la Agencia Cubana de Noticias, vía WhatsApp, manifestó que en salvar vidas radica su mayor satisfacción, por eso no vaciló ante el llamado del Ministerio de Salud Pública para la capacitación, en la capital, sobre el agente infeccioso causante de la COVID-19, sabía que en cualquier momento saldría de Cuba a curar con sus mejores medicinas: el amor y la responsabilidad.
Cuando le avisaron del viaje, ocho horas antes de salir hacia La Habana, apenas pudo despedirse de su madre por teléfono, mas no de Leissam Geraldo, su hijo de cuatro años, que se encontraba fuera de la provincia.
Precisó que fue un momento duro, su madre lloró junto al resto de la familia, conscientes del riesgo de contagio, pero también de sus deseos y voluntad de ayudar a otras personas, y así ratificar los principios de solidaridad y humanismo de la medicina cubana y revolucionaria.
Antes, se había preparado para otras emergencias del “Henry Reeve” en Haití y en Bahamas, aunque nunca imaginó su estreno en esas lides en un país del Primer Mundo, oportunidad que valora de muy positiva, en tanto el intercambio de criterios con los especialistas italianos confirma el alto nivel de los profesionales de la salud formados en la Mayor de las Antillas.
De la atención a enfermos con la COVID-19 en estado grave, señaló que su manejo resulta complicado, porque el avance de la infección sobre el parénquima pulmonar disminuye la capacidad ventilatoria y ello compromete la vida de quien la padece, por tanto, debe actuarse con rapidez y precisión en estos casos.
El joven doctor destacó que devolver la salud a las personas deviene su mejor dicha, sobre todo si se trata de un sobreviviente a 38 días en la unidad de cuidados intensivos del hospital general de Crema y con ventilación mecánica, cuyo pronóstico era reservado para el resto del equipo de salud y dentro de unas jornadas podrá regresar a casa.
Hasta la fecha, el encuentro con Mateo, el niño italiano que ve a los médicos cubanos como héroes y cuya imagen con la bandera de la Isla y su ropa de doctor se ha viralizado en las redes sociales, figura entre las vivencias más gratificantes para Yosvany.
Quizás ese abanico de emociones que afloran en él cuando observa a Mateo, guarden relación con la añoranza por su hijo, quien hoy está bajo el cuidado de sus abuelos maternos mientras que sus dos padres le arrancan vidas al SARS-CoV 2: su madre desde el hospital Joaquín Castillo Duany y su padre desde Lombardía, Italia, por primera vez.
(Con información de la ACN)