LOS 10 MANDAMIENTOS
El sol caía a plomo sobre el Sinaí, una montaña árida y llena de aristas. Moisés no sabía el motivo por el cual el Señor lo convocaba, Pero su corazón le urgía subir. Entonces allá en lo alto, donde se juntan el cielo y la tierra, Dios descendió hacia el, hacia nosotros. Estaba punto de firmarse un pacto, que por lo sencillo no dejaba de ser sublime. ESCUCHA ISRAEL, AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA. Lo que el pueblo allá abajo, confundido y a merced de sus propios instintos, no sabía es que Dios les estaba dando una lección de amor, infinita, claro, todo lo hace El primero. Bajaba para entregar con este primer mandamiento toda su misericordia y no podía menos que pedir ser correspondido. Lo que tiempo después de muchas páginas de la biblia iría a agregar, sería llevar este mandamiento hasta el límite que a veces nos cuesta tanto aceptar Y AL PROJIMO COMO A TI MISMO.
Entonces, se toca el corazón, allá donde guarda su nombre, su esencia misma misteriosa y sublime. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE YAVE TU DIOS EN VANO, ya, de hecho lo estaban haciendo allá abajo, mientras Moisés estaba en la montaña. Es que yo soy tu señor, tu eres mi pueblo, no pueden haber otros dioses fuera de mi, mucho tiempo después, su hijo haría la formula mas precisa, NO JURARÁS POR NADA, QUE TU RESPUESTA SEA SI O NO. nada mas.
Habría muchos motivos para celebrar, momentos llenos de jolgorio y de reunión, desde la primera cosecha, hasta la fiesta de las chozas, pero El desea ardientemente participar en esa fiesta, que lo inviten, le gusta. Y escoge un día de la semana, el sábado para que dejen el arado a un lado, para que no cosechen y descansen, para que eleven los ojos al cielo y lo alaben, SANTIFICARÁS LAS FIESTAS.
Con la infinita ternura que siente un padre, El mismo tuvo unas palabras para los padres en este mundo, HONRARAS A TU PADRE Y A TU MADRE, tenía dentro de su corazón un plan divino El también quiso participar de esta dicha de tener una madre Y honrarla. María.
En ese momento Israel era un pueblo en ciernes, violento y guiado por la venganza, quizá eso también era parte de su proceso de formación como comunidad, pero Dios lo va llevando con suma paciencia por los caminos de la paz, El mismo era el dueño de la vida y la reclamaba de todo aquel que quisiera arrebatarla, . NO MATARÁS.
Cuando Adán abrió los ojos y vio frente a el, alguien tan semejante pero a la vez tan diferente, no pudo más que exclamar, algo que salió mas de su corazón que de su boca, esta si que es hueso de mis huesos y carne de mi carne, No había entonces nadie mas para el y ningún otro para ella y el señor posesionado de su papel de padre bendijo a aquella primera pareja, y la unió para siempre .serán los dos una sola carne. NO FORNICAR
Ese no, es rotundo. A todos les dio su parte de la herencia en esta tierra, y la semilla de la violencia es utilizar la fuerza contra el otro para quitarle lo suyo. NO HURTAR
NO MENTIR. Una mentira fue lo que le dijo la serpiente a Eva en el edén, y mil mentiras se desencadenaron desde entonces, cuando el pueblo de Israel decidía no mirar mas hacia donde estaba la única verdad, se perdía en su confusión, quizá el desierto que estaba atravesando era una árida búsqueda de ese oasis llamado yavé que estaba mas allá de las dunas y del calor agobiante, san pablo nos lo recuerda, LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES.
El señor yavé, escudriña el corazón de los hombres y sabe que es allí, donde nacen los malos deseos, donde los instintos esclavizan y tuercen a su favor cualquier buen propósito. Aunque en Israel existía la llamada prostitución sagrada, porque ellos se mezclaban con pueblos paganos, yave quiso exterminar esta costumbre, sembrando este mandamiento en su pueblo elegido. NO DESEAR LA MUJER DE TU PROJIMO.
Nada de lo que hay acá en esta tierra nos pertenece, nos fue dado para administrarlo, para darle el mejor uso y disfrutar con ello, tan simple como eso, es el germen de la paz, pero una paz que nace de adentro del corazón y que no se deja tocar por los sentidos, que siempre anhelan aquello que no tienen. Cuando en la sima de la montaña fue promulgada esta ley, era porque Dios miraba con tristeza que su pueblo era insaciable. NO CODICIAR LOS BIENES AJENOS.
Las tablas de la ley, tan divinas como el amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y tan humanas como no matarás. Han pasado tantos siglos desde aquella tarde ventosa y llena de misterio, sin embargo ellas están ahí, no talladas en piedra pero si en el corazón de todos nosotros. ALBA