Un virus asesino los abate,
derramando su ser en el combate,
su corazón se muere y ya no late,
¡Qué triste es contemplar que el virus mate!
Sus familiares miran sus despojos
y se llena de lágrimas sus ojos.
Hay enfermos que mueren olvidados,
sin dinero y familia, ¡esto es remate!
Señor, ¡llévate al cielo sus rastrojos!
Autora: Edith Elvira Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos