¡Consuelo!
Llora sin pena amiga mía,
estamos juntas en el dolor,
impele tu aflicción al despeñadero,
¡Así lo quiso el padre de amor!.
Ven amiga mía,
abre la puerta de tu corazón,
comparto tu desconsuelo,
atisbamos el áureo confín,
que cubra nuestro ser,
nos llene de amor
y encontremos sosiego.
Anida tu esperanza amiga mía,
volemos hasta la ansiada luz,
no importa la distancia,
acortemos el trecho,
miremos la pendiente.
Crucemos el océano,
lleguemos al paraíso,
donde tu sonrisa y la mía
irradian fulgor en reencuentro
con tu ser amado.
Martha Córdova Chacón
Lima-Perú