El 20 de septiembre de 1908 fallece en la ciudad francesa de Pau el político y filósofo andaluz Nicolás Salmerón. Discípulo directo de Sanz del Río y amigo del maestro de Ronda, Francisco Giner de los Ríos, será uno de los puntales de la escuela krausista a pesar de una dedicación política, que le irá absorbiendo cada vez más. Fundador del Partido Centro Republicano, la trayectoria política de Salmerón le llevará a las más diversas vicisitudes biográficas, desde la cárcel en 1876 a ministro de Gracia y Justicia y presidente de la I República en 1873. Salmerón dimitió de dicha presidencia por no querer firmar la sentencia de muerte de los cantonalistas de Cartagena.
Salmerón alcanzó puestos eminentes de la docencia universitaria; ganó la cátedra de Historia Universal en Oviedo, aunque no llegara a tomar posesión de la misma, y fue catedrático de Metafísica en la Universidad Central de Madrid desde 1869; así como realizó una labor de estímulo y aliento a través de numerosas empresas, entre las que es obligado destacar el Colegio Internacional (1806-1874).
En el epitafio del monumento funerario levantado en el cementerio civil de Madrid para dar sepultura definitiva a los restos de Nicolás Salmerón, queda constancia de la altura moral y política de su dimisión: “Dejó el poder por no firmar una sentencia de muerte”.