Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

LA DANZA EN EL CAMINO
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 General 
 IMAGENES 
 ♠♥♠ PRESENTATE ♠♥♠ 
 NORMAS DEL GRUPO 
 ♦♦HISTORIA Y ARTE♦♦ 
 ♦♦♦FONDOS♦♦♦ 
 ♥♥♥POEMAS♥♥♥ 
 ☻BIOGRAFÍAS☻ 
 PARTICIPAR EN ARMONIA 
 FIRMAS DE AMALY 
 ESTA ES MI TIERRA 
 +++PINTURA 
 ♣EL SEPTIMO ARTE♣ 
 
 
  Strumenti
 
♥♥♥LA BODEGA DE AMALY♥♥♥: LEYENDA
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 5 di questo argomento 
Da: Amaly  (Messaggio originale) Inviato: 30/11/2020 18:19

Había una vez un mundo kikamo en el africa donde solo existía el sol y cuando el sol se ocultaba por detrás de las eternas praderas las noches se hacían oscuras y solo el fuego de los hogares y algunas estrellas iluminaban el pueblo Kikamo La pequeña aldea de  Kikamo estaba acostumbrada, por lo que su actividad solo la desarrollaba durante el día.

Aquí vivía una pequeña muchacha llamada Bamako Alegre y dulce como era, sus días los dedicaba al juego con sus amigos, a ayudar a sus mayores en las tareas cotidianas y a aprender la tradición de su pueblo. Pero en ella destacaba una cualidad: sus ojos. Éstos brillaban en su rostro como si de dos estrellas se trataran. Por ello, con admiración y respecto, la agasajaba todo el pueblo. Y es que, aunque aún no lo supieran Bamako era una niña especial.

La vida del pueblo en Kikamo no era fácil ya que muchas noches tenían que sufrir el ataque de las fieras y algunas veces eran visitado por Soldados que provenían del norte que aprovechaban la oscuridad para atacar la aldea sin piedad. Aprovechaban que por la noche no se veía nada para saquear todo lo que encontraban a su paso. Los habitantes  tenían tanto miedo a la oscuridad que no salían de sus casas y los malvados soldados siempre conseguían robarles sus caballos y la comida de los graneros. Noche tras noche se sumaban las pérdidas materiales y las víctimas. Poco se podía hacer. La negrura de la noche protegía sus ataques hasta que despuntaban los primeros rayos de sol y huían con sus botines. Eran canallas cobardes que no daban la cara. Sus fechorías no tenían límites y a todo aquel que les oponía resistencia acababa en el mundo de los muertos al amanecer. 

 La aldea cada vez era más pobre y contaba con menos hombres para su defensa. Cuando la desesperación se adueñó del pueblo, la pequeña Bamako, en una noche de batalla, recibió una visita muy especial: el espíritu del dios N'togini. Éste le dijo

– Vengo a hacer un trato contigo porque sé lo mucho que amas a tu familia y a la gente de tu pueblo y solo tu podras salvar a la aldea del desastre si te casas com mi hijo Djambé, quien vive al otro lado del río oculto en una gruta y que siempre había estado enamorado de ella.

Bamako no lo dudó. "¿Qué tengo que hacer?", fueron sus palabras. "Subirás a la cima de la gruta donde vive Djambé y en el momento en el que el Sol empiece a ocultarse te arrojarás al río, donde mi hijo te atrapara en la caída", fue la respuesta. Y así se hizo. La joven amaba a su pueblo y cualquier sacrificio era pequeño si con ello les daba una oportunidad de sobrevivir a los ataques.  Bamako no dudó en decir que sí. Pensar que podía ayudar a alejar el peligro de su pueblo le hacía mucha ilusión. Cuando el sol se puso y sólo se oía el canto de los grillos, la valiente Bamako corrió hasta la roca y se lanzó al río, cayendo en los mullidos brazos del joven Djambé. Con cuidado, el hijo del dios la llevó más arriba de las nubes y allí se quedaron a vivir para siempre.



Primo  Precedente  2 a 5 di 5  Successivo   Ultimo  
Rispondi  Messaggio 2 di 5 di questo argomento 
Da: Amaly Inviato: 01/12/2020 18:39
"Mi pueblo es la tierra
mi patria el espacio
mi paisaje el mundo,
mi palacio un árbol.
Mi vida es tu vida,
mi idea un abrazo.
Hundir al que trepa
subir al de abajo,
ese es mi trabajo".
- Gloria Fuertes.

Rispondi  Messaggio 3 di 5 di questo argomento 
Da: Amaly Inviato: 01/12/2020 18:43
La imagen puede contener: 1 persona, texto que dice ""Una nación no es más grande porque tenga la mejor bandera, sino por tener la mejor sanidad y la mejor educación" Jose Luis Rodríguez Zapatero"

Rispondi  Messaggio 4 di 5 di questo argomento 
Da: Amaly Inviato: 02/12/2020 17:36

 

Tal vez la rosa era muy bella

y el miedo al sufrimiento  lo alejo  

quizas sentia que lo hostigaba

la espina, su fragancia y su color

 

Tal vez pensó hacer lo correcto

no quiso lastimar a su rosal 

las rosas mueren con el tiempo

quiza eso lo detuvo antes de actuar


Tal vez no era su flor mas preferida

y el Ave fenix lo envolvio

quiza era menos complicada

y sin espinas lastimando el corazón.

 

 

Autor: Luz Estrella

 


Rispondi  Messaggio 5 di 5 di questo argomento 
Da: Amaly Inviato: 11/12/2020 12:42

Hoy, que tanto se habla de los influencers, cuando tantos jóvenes sueñan con serlo y, gracias a la informática y las redes sociales, tan relativamente fácil resulta alcanzarlo —incluso sin méritos reales—, viene a cuento recordar la figura de Ziryãb, quien ya en el siglo IX logró influir no solo en al-Ándalus y reinos cristianos peninsulares, sino en toda Europa, implantando modas y refinadas costumbres orientales. Pero, en contra de lo que muchos creen y como a continuación probaremos, su influencia no se limitó al ámbito de la mera frivolidad, sino que alcanzó verdadera relevancia cultural.

Ziryãb
Ziryãb

Ziryãb fue algo más que el Petronio andalusí —aunque eso también—, fue un artista consumado en diversas ramas e, incluso, un auténtico pedagogo de la Música.

Su verdadero nombre fue Abũ-l-Hasan Alí ibn Nãfi (أبو الحسن علي ابن نافع), aunque fue más conocido como Ziryãb —“Mirlo” en árabe—, a causa de su piel oscura, su canto melodioso y su carácter agradable. Nació aproximadamente en 789 d.C. en la ciudad iraquí de Mosul, bajo pleno dominio del Califato Abbasida, y según algunas fuentes era de origen kurdo. Durante su infancia y adolescencia, fue discípulo del eminente músico Ishãq ibn Ibrahĩm al-Mawsilĩ (767-850) —venerado maestro de la escuela Udist en Bagdad y músico oficial de la Corte califal—, quien lo aceptó entre su muy escogido alumnado cuando se percató de su ansia de saber, su inteligencia y notables dones.

Hãrũn al-Rašĩd
Hãrũn al-Rašĩd

Algún tiempo después, fue presentado por el maestro como su alumno más aventajado ante el califa Hãrũn al-Rašĩd (786-809), quien quedó muy favorablemente impresionado por el joven músico, por su originalidad como cantante y, sobre todo, por el uso que hacía de un “ũd” [1] de propia invención. Como el califa pidiera que le hiciera una demostración, respondió el joven:

“Si Su Alteza quiere oírme tocar algo a la manera de mi maestro, me acompañaré de su instrumento, pero si quiere conocer el método que inventé, necesito el ũd que elaboré para mí mismo. Mi instrumento, si bien tiene las mismas dimensiones y madera que el ordinario, es alrededor de un tercio menos pesado; sus dos primeras cuerdas (zĩr/mathnã) están hechas de seda hilada en agua fría, bien tensadas, pero flexibles sin ser blandas, y son más fuertes que las cuerdas utilizadas habitualmente, cuya seda ha sido torcida después de empapadas en agua muy caliente. En cuanto a la tercera y la cuarta (mathlath/bamm) de mi ũd, se hacen con los intestinos de un cachorro de león, lo que les permite sonidos más melodiosos, claros y densos. Su uso es más duradero y son más resistentes a los cambios de temperatura que las cuerdas hechas con los intestinos de otros animales“.[2]

Autorizado por el califa, el joven Ziryãb entonó los versos y la música que había compuesto especialmente para él, y lo hizo tañendo su propio ũd. El soberano no pudo ocultar su entusiasmo y manifestó su afán por convertirlo en músico de su corte. Pero su maestro Ishãq al punto se percató de que las cualidades y el Arte de Ziryãb eran más inefables incluso de lo que él había intuido; advirtió que, siendo aún su alumno, ya podía hacerle sombra y que él mismo había facilitado la entrada al palacio de quien sin duda estaba resuelto a desplazarlo de su posición de privilegio. A partir de ese momento todo su afán estribó en librarse del rival más peligroso para sus ambiciones, el competidor más serio que podía encontrar en todo el Califato de Bagdad; y para lograrlo no dudó en emplear todo su poder y cuantos medios halló a su alcance para librarse de su antes dilecto discípulo y obligarlo a abandonar el país. Dolido con la actitud de su admirado maestro y no ignorando el poder que había llegado a acumular Ishãq al-Mawsilĩ, determinó emigrar.



Primo  Precedente  2 a 5 de 5  Successivo   Ultimo  
Argomento precedente  Argomento successivo
 
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati