ASUMIR... Asumir la tristeza es un fuerte esfuerzo y hay que afrontarlo con resignación. El alma te llama, el pensamiento habla pero la mente poderosa, nos da la razón. El corazón es la máquina de nuestra verdad, y al hablarnos la razón, la mente actúa de tal manera y fuerza, que sus designios son, los que nos hacen luchar con fuerza mutua. Asumir tristezas de un ser querido es asumir que se nos va, de un pariente que se aleja, o de un amigo que ya no volveremos a ver. En la sumisión se halla el valor sin queja. Porque sin quejas es el mejor remedio y callar serenamente a tiempo es aprender que la vida, es dura e ingrata y que a ella nos debemos sea al derecho a al revés. La sumisión de nuestros deberes cotidianos, la entrega completa hacia los demás con bondad, el poder seguir cada día y a la misma hora es tiempo sin miedo, a una no posible soledad. Marisa Prunera |