Buscando como Carina en el baúl de fotos.. Encontré esta reliquia de la chiquita piconera con 16 años.
La de los mil millones de los antiguos billetes marrones de 100 pesetas. La que se calienta los pies en un brasero, la reina de las mujeres, la que terminó con cabellos blancos en la residencia de Villa del río.
La que vino de Buenos Aires a Cádiz en un barco llamado Reina Victoria y se fue a vivir a San Pedro con su abuela, la que un día se convertiría en la favorita del pintor.
Maria Teresa una niña pequeña de ojos negros, delgada.. La que por tres pesetas por sesión, tenía que quedarse inmóvil durante horas.
La del oscuro objeto de deseo del pintor, la del rojo clavel, la de la carita de cera que el sentío le quita, la que su padre le pegó un día al llegar a casa harto ya de tantas murmuraciones, la de los ojos de misterio y el alma llena de pena, la de la reja florida, la morena, la de la alegre guitarra..
Como escapada de un cuadro y en el sentir de una copla.