Él entró en Jerusalen. En olor de multitud en un burrito prestado. Porqué el nada tenía pero lo tenía Todo. Todo el mundo lo aclamaba con palmas, ramas de olivos que agitaban a su paso: "Ya está aquí, ya está aquí.... ¡¡Hosanna al hijo de David!! ¿Quien es ese? Alguien pregunta. Es el Mesías esperado. Dicen que el hijo de Dios. El que sana a los enfermos, a los muertos resusita, aplaca las tempestades y camina sobre el mar Un soldado que lo mira se ha quedado extasiado Y grita con todas fuerza ¡¡Hozanna al hijo de Dios!! Escondido entre las gente un fariceo comenta; "Tened cuidado con él desconfien del Galileo yo no creo en sus milagros y muy alerta estaré... Las palabras de ese hombre pueden sembrar la cizaña Y a las gente remover" Y el fariseo que tiene la cara verde de envidia se va arrastando los pies. Maquinando sus incidias. Y Jesús sigue adelante con su burrito prestado. Y levantndo sus manos sus manos !benditas manos! Dirige su voz al pueblo; "¡Jerusalen, Jerusalen!" "El alma mia se estremece cuando contemplo tus muros.... ¡¡Oh, pueblo mio de Judá!! Yo sé que siervo serás El aguila imperialista siempre te perseguirá. Pero la plebe no deja sus palabras terminar. ¡¡Bendito el que viene en nombre de Dios!! ¡¡Hosanna en los Cielos!! Y paz en la Tierra....!! ¡Hosanna, Hosanna!!
Cuento la Entrada Triunfal que lo que sucedió luego ya no lo quiero contar. A. Medina García