Que no te asombre...
si al mirar la belleza de una rosa
o al mirar al cielo ¡o cualquier cosa !
de pronto... digo tu nombre.
Que no te asombre...
si en una noche de luna llena
o al imaginar tu mirada serena
de pronto... digo tu nombre.
Que no te asombre...
que en cada estrella que cuento
o al escuchar reír al viento
de pronto... digo tu nombre.
Y si eso te parece poco
¡te digo que no te asombre!
que la gente me llame... loco
por que sólo pienso en tu nombre.