Una tormenta displicente
encaminó su ruta hacia mi corazón,
el desamor se hizo presente,
la flama de nuestro fuego se apagó.
No fue fácil combatir las llamas,
ahora los recuerdos están en mi mente,
aunque sé que aun me amas,
el orgullo es un sentimiento prepotente.
He grabado los momentos gratos,
en un recuerdo indeleble de mi memoria,
no deseo imágenes con llantos,
ni procuro atizar la brasa de esta historia.
Porque todo tiene un inicio y un final,
la lluvia no puede ocultarse en esta vida,
el calor algún día se debe de apagar,
con agua o con llanto en la salida.
Fuego apagado ha quedado en esta hoguera,
no sé si renaceremos de las cenizas,
sólo contemplo tu figura lisonjera,
y te llevo en mi alma hecha trizas.
autor:BLANCA N. GARCÍA GONZÁLEZ