Recuerdo cuando te fuiste…
En tus ojos tristes una sonrisa apagada.
Recuerdo cuando me decías:
- No sufras amor, volveré- Y… pasaron muchos
Inviernos, demasiados… y mi corazón no dejaba de latir,
pensando en tu llegada que
quizás algún día… no podría contigo compartir.
Los años dejan huella y mi salud
se resentía. Muchas navidades sola y triste
¿Dónde andarás alma perdida ?. Ni una carta,
ni un consuelo… sollozos en
mi alma que adormece mi ansiedad.
Un despertar sin aurora, unos hijos
que su vida encauzaron llenos de recuerdos;
cuánto añoro el antaño…
Mi mirada fija en el suelo, observando
como muere la hierva de nuestro jardín.
Pensativa, dejaba los días pasar, balanceándome
en mi sillón. Unas canas en la sienes dejan sentir
mi triste llanto de amor. ¡ Cuánto te quise amado mío ¡
El destino de mi te apartó ¡ cuánta crueldad
en el mundo hace, rompernos el corazón.
Un triste día de invierno, helado el camino por la nieve
de blanco satén… relumbrando a lo lejos
la figura de un hombre…
Mi mirada, extraviada por el resplandor y
un mutismo de silencio en el paisaje
me hizo ver, que no era un espejismo, no!
Se acercaba con paso cansado, sin aliento…
el corazón me dio un vuelco!
y mis ojos lloroso gritaban que no me equivocara…
Lento su caminar, desencajado su rostro…
un insistente presentimiento, era él !.
Grité su nombre, y fui a su encuentro!
Un abrazo infinito, sin reloj,
cegados los ojos de tanto llorar…
y sin apenas hablar… era tan hermoso
que no podía imaginar,
después de tantos años
¿ Qué podía esperar ya ?.
Muchos de abrazos y besos,
muchas explicaciones que contar,
pensé que estaba muerto… y Dios quiso
que a pesar de muchos años…
volviera a casa por Navidad !