Te necesito, te extraño;

me duele tu partida, tu ausencia,

duras noches sin dormir, y despertares injustos.

Insomios terribles, por  no tener; tu mirada,

tu sonrisa y tu voz que me  sumerjía al fuego de tu pasión.

Muero en el torrente mundo  de los celos,

con solo pensar que duermes bajo los brazos de otro hombre;

con solo pensar bajo que lecho te cobijas,

con solo pensar en que otros besos me olvidas.

Te escribí tantas cartas y no he tenido respuestas,

quiza ya no te interesan o,

quiza por celos las rompio quien contigo se acuesta.