De poco sirven las mejores intenciones, hasta que las concretas.
Los planes más cuidadosamente diseñados aportan valor sólo cuando son puestos en práctica.
Te has propuesto hacer montones de cosas. Echándoles una mirada comprobarás que las intenciones por si solas no son suficientes. Has pensado acerca de tus intenciones, has hablado de ellas, has soñado, planificado y especulado. Hoy tienes la oportunidad de concretarlas.
Ponte en marcha, y el valor que has estado intentando crear comenzará a hacerse realidad.
Concreta tus más preciados sueños, y podrás así llegar más alto aún.
Pensar en todas las cosas buenas que planeas llevar a cabo resulta muy placentero.
Más placentero aún, tremendamente placentero, es hacerlas realidad.
Sueña y planifica, piensa y habla acerca de todas las grandes cosas que tienes la intención de hacer.
Luego concrétalas y experimenta, en serio, lo mejor de todo aquello que puedas llegar a imaginar.