Frente a la pregunta de
¿quién es mi prójimo?
Jesús responde con su vida!
El amor no es una teoría, sino un movimiento del corazón,
y sólo al que ha sufrido se le mueve el corazón,
se CONMUEVE;
de alguna manera, al presenciar el dolor ajeno,
revive su propio dolor.
Éste es uno de los frutos positivos
que deja el sufrimiento en quien sufre…