Nos damos cuenta que la vida está en volver a comenzar cada día,
nos damos cuenta que nada es para siempre,
y lo que un día aseguramos que no nos pasaría a nosotros se tira encima de ti dejándote con el alma vacía.
Y nos damos cuenta cuán frágil puede ser el amor y la fidelidad, un día reímos junto a ese ser,
nos planificamos para la vejez,
contamos que siempre estará para ti…
y qué dolor sentimos de no haber escuchado aquella vieja amistad que un día nos llamó
para decirnos que su compañero se había ido abandonando todos los sueños,
llevándose consigo todo los recuerdos que un día juntos tejieron
Y te miras al espejo…. ahora tú estas pasando por eso y recuerdas a tu amiga que te buscó,
pero tú eras feliz, no tenias tiempo de escuchar lo que sucede todos los días a cada momento…
solo que cuando nos toca, le tomamos el peso.
Ahora miro la vida más tranquila,
si me llaman los escucho y trato de animarlos aunque yo muera por dentro.
Siempre hay que ponerse en el lugar de la otra persona que un día discó tu número
para decirte que estaba sola y necesitaba de ti…
Ahora que me sucedió lo mismo, mi mente está más abierta
y creo que todo es posible, hoy me tocó a mí, quizás mañana a ti.
La vida es una rueda que sólo Dios sabe donde parará,
la pena y la tristeza la guardé en mi corazón.
Para él fuí todo en su vida, tenía todo mi amor, toda mi dedicación…
hasta que una de piel más suave llegó a nuestra vida,
trayendo para él la primavera y para mí el invierno.
Pero a pesar de lo que la vida nos depara cada día cuando despierto
le doy gracias a Dios por tener un día más para ser mejor,
y saber escuchar al que disque mi teléfono.
Amigos, nunca se sabe qué pasará en el mañana,
escuchemos a quien nos llama, puede que al hacerlo el dolor no sea tan grande
y la pena sea más suave cuando nos toque vivir ese dolor.
“La soledad acompañada es la más triste de las soledades”
Autor: Shoshan