El sentido de merecimiento y las quejas son dos indicadores muy claros de que estamos experimentando “pan de la vergüenza”. Estamos siendo el efecto. Estamos esperando que alguien más nos satisfaga. Estamos esperando que el mundo, nuestros padres, empleados, maestros, cónyuges hagan las cosas por nosotros. Convertimos al “otro” en la fuente de nuestra realización (y cuando ellos no cumplen nuestras expectativas, los destruimos).
¿Cuál es la consecuencia del sentido de merecimiento? Infelicidad. Frustración. En realidad, sólo nosotros podemos ser la fuente de nuestra propia felicidad. Debemos estar alertas cuando estemos en este estado de consciencia. Y todos caemos en ello, especialmente cuando no somos equilibrados. La salida es tomar más la iniciativa y hacer más.
Yehuda Berg
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