Tengo entre mis manos un adiós sin despedidas, un callar sin decires y la tibia sensación de un olvido. Llevo de recuerdo tus palabras primeras que sonaban a caricias, y la dulce memoria de unos sueños que me invitaban a volar. Mis sentires encogidos se retuercen en su nido por la vaga sensación de un adiós desvanecido y en mis oídos, el soplo mustio de un tal vez.
NINFA DUARTE
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