La verdadera amistad no se ve con los ojos; se siente con el corazón cuando existe confianza, comprensión, secretos, lealtad y momentos compartidos.
La amistad es un sentimiento que raramente se encuentra en la vida,
pero cuando se la halla, causa un profundo impacto en nuestro bienestar,
nuestra fortaleza y nuestro carácter.
Cuando dos personas han compartido sus sentimientos, sus sueños, pensamientos y temores;
cuando han abierto sus corazones...
Cuando dos personas se conocen lo suficiente como para descubrir la tristeza
oculta detrás de una sonrisa o la felicidad en el brillo de los ojos...
Cuando han compartido tantas risas, y cuando el dolor del otro en ocasiones provoca lágrimas;
cuando dos personas creen una en la otra y siempre son sinceras entre sí...
Cuando ambas confían mutuamente en la verdad siempre presente en ellas,
puedes tener la seguridad que comparten una gran amistad.