Afortunado quien lleva este nombre, ennoblecido por el humanista más grande de todos los tiempos. Procede del griego erasmioV (amable, deseado).
Erasmo de Rotterdam nos abrió la puerta del nuevo mundo intelectual al tiempo que Cristóbal Colón nos abría de par en par todo un continente que obraría el milagro de descongestionar una Europa que estaba ya consumiéndose a sí misma. Cuando parecía que estaba agotado el Renacimiento y que ya no podía ofrecer nada nuevo, he aquí que el joven Erasmo, cuyo principal bagage era haberse dedicado al latín primero y más adelante al griego con una brillantez que tarda siglos la humanidad en repetir, con ese solo bagaje se encontró siendo el gozne de la puerta de la Edad Moderna.