No es suficiente dar, ni dar con alegría; ni tampoco es bastante dar con renunciamiento; menos, dar con dolor, un poco cada día, esperando de otros el reconocimiento.
Y no basta ?siquiera? el dar por ser virtuoso, aunque el alma egoísta, aleccionada, calle; hay que dar, simplemente, como el mirto oloroso que esparce, sin saberlo, su fragancia en el valle.
Más aún: es forzoso merecer ser donante, que a través de esas manos diga Dios lo que piensa y sonría dichoso detrás de la mirada. El poeta oriental nos pone por delante la sola realidad de la íntima conciencia, testigos, como somos, sin ser dueños de nada.
Gibran
Un café...?
o té...
zumo...
fruta...
pan...
bolleria...
cake...?
completo...
chocolate con bueñuelos...
bombones...
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