Gustavo Adolfo Bécquer: ¿Tiene palabras el amor?
¿Qué es poesía?, dices mientras
clavas en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
Hay un silencio extraño en el aula. Todos los años, cuando dedico unos días a dictar las Rimas de Bécquer se produce. Son preadolescentes de 13 años. Las niñas en especial copian los versos y realizan unos bonitos álbumes dedicados a los poemas de Gustavo Adolfo Bécquer. Los niños quedan descolocados. No les atraen tanto estos versos. Ellos son más infantiles, más niños; en cambio ellas ya son mozas, ya todas visten con ropa interior de mujer. Algunas se ruborizan ante las palabras del poeta.
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
que te diera por un beso.
Tras dictarlo, incido en el uso de las comas que se ponen ante la ausencia del verbo y, en especial, en ese "diera" tan poco usado actualmente y que muchos sustituirán por un "daría". Pero yo noto durante esta corta explicación que su atención no está centrada en lo que les digo sino en las palabras del poeta. El beso, el beso de amor, es algo aún no vivido pero quizás ya soñado por ellas. Los chicos no, sonríen malevolamente, pero aún son niños y están estos días descolocados ya que ellas guardan un silencio desacostumbrado.
Tu pupila es azul, y cuando ríes,
su claridad süave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja. [...]
Tras escribirlos en los cuadernos los leemos en voz alta. Las voces de ellas adquieren unos tonos melifluos; las voces de ellos, no. Si les pregunto: "¿Son poemas de amor estas rimas de Bécquer?", todas dicen que sí. Están seguras que esas palabras indican amor.
- ¿Es así, Gustavo Adolfo? - pregunto al poeta.
- Aquí, en esta tierra - me contesta - siempre confundimos el amor con el amor frustrado. El amor no tiene palabras.
El amor no tiene palabras, el amor sólo se vive. No hay poemas de amor. Las Rimas de Bécquer son poemas de ausencia del amor. El poeta se duele porque la mujer de la que se enamoró, Julia Espín, no le aceptó y tras la negativa escribió estos poemas. No son poemas de amor, sino de su ausencia.